Un proyecto plagado de cadáveres deportivos

Parecía que el desembarco de Meriton Holdings en Valencia, con Peter Lim a la cabeza, prometía una etapa duradera de estabilidad deportiva e institucional. La llegada como un auténtico héroe del singapurense a Mestalla, tras un complicado proceso de venta y una situación económica al borde del abismo, se convertiría, sin embargo, en el inicio de una etapa negra para el valencianismo. Las rotaciones en las diferentes parcelas del club han sido constantes. Seis entrenadores y tres directores deportivos es el bagaje de Peter Lim desde que aterrizara en la capital del Turia. 

Peter Lim quería hacer un Valencia grande. El discurso de "competir al más alto nivel todos los años" llenaba de ilusión y optimismo a todo el valencianismo. Una afición que lo recibía con un imponente mosaico con el lema 'Benvingut Peter' y que apenas dos años más tarde le dedicaría pancartas y gritos con el famoso término "Fuori". Dos años, dos meses y dieciséis días después de sellar su firma para hacerse con el Valencia CF, la 'era Lim' se ha dejado por el camino numerosas víctimas. 

El banquillo, una continua 'patata caliente'

Pizzi, el primer damnificado

El argentino Juan Antonio Pizzi recogió el relevo de Djukic a finales de la temporada 13/14 y, desde el momento en el que se estaba fraguando la compra de Meriton Holdings, su futuro cada vez estaba más lejos de Mestalla. Peter Lim quería en el banquillo a Nuno Espírito Santo, curiosamente representado por Jorge Mendes. Era el técnico con el que el singapurense estaba decidido a construir un Valencia grande, capaz de pelear con los mejores. El propio Valencia CF anunciaba justificaba así la destitución de Pizzi: "Ante la dilatación del proceso de venta del Valencia CF, por motivos ajenos a la gestión del Club, y con el fin de poder dotar de estabilidad al futuro proyecto deportivo, el Consejo de Administración del Valencia CF ha tomado la decisión de prescindir de los servicios de Juan Antonio Pizzi como entrenador". 
Peter Lim solo quería Nuno. Y a Nuno le atraía la idea de dirigir un Valencia CF que se vendía en toda Europa como un equipo que iba a aspirar a capitanear el continente europeo. Nueva cúpula directiva, sin deudas y con un sinfín de millones para construir un equipo ganador.

Seis entrenadores y tres directores deportivos es el bagaje de Peter Lim desde que aterrizara en la capital del Turia. 

Nuno, el elegido de Lim... y de Mendes

Nuno Espírito Santo era el encargado de tomar las riendas. Apenas dos años de experiencia a los mandos del Río Ave portugués fueron suficientes para que el singapurense tuviese clara la hoja de ruta que debía seguir el Valencia CF. Amigo personal de Lim y representado por Jorge Mendes, era la primera prueba de que el magnate de la representación de futbolistas iba a estar ligado constantemente a los movimientos del Valencia CF. 
Y la apuesta de Peter Lim no defraudó. Al menos, la primera temporada. Nuno completó unos registros de récord y devolvió al conjunto de Mestalla a la máxima competición continental. Parecía que el gran Valencia se estaba fraguando: la "estabilidad al futuro proyecto deportivo" con la que se despedía a Pizzi estaba instalándose en la capital del Turia. Pero por poco tiempo. Una nefasta actuación en Champions la siguiente campaña y unas cifras realmente preocupantes en Liga, sumado a los conflictos mantenidos con Rufete o Amadeo Salvo, dictaron sentencia. La afición quería a Nuno lejos de Mestalla y así se lo sabía hacer cada vez que aparecía por el coliseo valencianista.

Gary Neville, lejos de ser la solución

Una temporada le duró la alegría a la afición blanquinegra. La dimisión de Nuno Espírito Santo ante la gran presión social y la nefasta trayectoria en su segunda campaña en el banquillo de Mestalla traería consigo una auténtica debacle. Una sucesión de entrenadores incapaces de revertir la situación que comenzó con Gary Neville, siempre criticado por tener más experiencia en su faceta de comentarista deportivo que de llevar la batuta de un equipo. Peter Lim rechazaba ese argumento, quería a su amigo y compañero de negocios al mando del Valencia CF. 
El singapurense se encomendaba al mayor de los Neville para enderezar el rumbo que se había perdido con Nuno. Lejos de la realidad, la gestión de Gary supuso un auténtico fiasco: solo diez victorias en sus 28 partidos al frente de la nave valencianista provocaron su rescisión contractual apenas tres meses después de haber llegado. Noventa días al mando y el Valencia quedaba eliminado de la Europa League, de la Copa del Rey y flirteaba con el descenso a Segunda División.
Sus números en competición batieron los récords negativos. Fue el entrenador con peor porcentaje de victorias en liga en la historia del club. Con él en el banquillo, el equipo disputó un total de 16 partidos de liga en los que tan solo consiguió conseguido sumar tres victorias, cinco empates y ocho derrotas. Y algunas tan dolorosas como la del 7-0 encajado en el Camp Nou. El segundo amigo de Lim tampoco fue la solución. 

Pako Ayestarán, el entrenador "barato" que "se lo pondría fácil a Lim"

"Barato, sí soy. Porque creo que puedo ofrecer mucho más de lo que voy a recibir". "Le dije a Peter Lim que se lo pondría difícil". "Yo soy un gran entrenador. Lo tengo clarísimo". "Soy el entrenador idóneo para este proyecto". Así se presentaba en sociedad Pako Ayestarán, el elegido para frenar la agonía de Gary Neville. 
El vasco cogía las riendas del conjunto valencianista en el último tramo de la 15-16 y contaba con la confianza de la dirección deportiva para comenzar la actual temporada. Pero tan solo duraría las primeras cuatro jornadas, ya que contó todas ellas como derrotas y batió incluso un récord. Nunca antes el conjunto de Mestalla había perdido cuatro partidos de Liga seguidos. Desde que Pako Ayestarán se estrenó en el banquillo del Valencia CF el 2 de abril de 2016, los de Mestalla jugaron 12 partidos oficiales, con un balance de 3 victorias (Sevilla, Barcelona, Eibar), 1 empate (Getafe) y 8 derrotas (Las Palmas, Villarreal, Real Madrid, Real Sociedad, Las Palmas, Eibar, Betis y Athletic). Unos números acabaron con Pako tan solo 118 días después de ser renovado hasta 2018.

"Barato, sí soy. Porque creo que puedo ofrecer mucho más de lo que voy a recibir"

Prandelli, lo que parecía ser y no fue

La afición valencianista pedía a gritos la llegada de un entrenador contrastado, con experiencia y capaz de afrontar con garantías situaciones complicadas. Cesare Prandelli, a diferencia de sus predecesores, cumplía esos parámetros. El italiano conectó rápidamente con la afición. Él creía en la afición, y la afición creía en él. Pero cuando el balón echaba a rodar, las ligeras mejoras que presentaba el conjunto de Mestalla contrastaban con unos números de Segunda División. Pese a ello, se seguía confiando en él. Solo las discrepancias con la cúpula valencianista en materia de fichajes pusieron punto y final. Simone Zaza es el nombre que ha marcado su paso por la entidad de Mestalla.
Ni las reuniones mantenidas en Singapur con Peter Lim y Layhoon Chan ni el apoyo de la afición fueron suficientes para relanzar al equipo. El soplo de aire fresco que supuso su llegada a la capital del Turia pronto recordó al fugaz paso de Gary Neville o Pako Ayestarán. Los mismos números de descenso. Una única victoria y siete partidos consecutivos sin conocer la victoria en Liga. Pero esta vez no era cesado, se iba él. Se sentía engañado por Peter Lim y no estaba dispuesto a seguir.

Voro, el de casa

El "apagafuegos". El que siempre da la cara cuando el Valencia CF lo necesita, y el que no pone tiene problemas en dirigir a un equipo sin alma en su condición de interino. Salvador González Marco ha sido el encargado de coger las riendas del conjunto valencianista mientras se esperaban soluciones desde 12.000 kilómetros. Desde la llegada de Lim, se ha sentado en el banquillo después de la "era Nuno", en la transición de Pako Ayestarán a Cesare Prandelli y tras la dimisión del italiano. El club y Peter Lim confían en él y así se lo han comunicado.

Una odisea en la dirección deportiva

El caos sufrido en el banquillo ha ido acompañado por una auténtica odisea en la dirección deportiva. Un club como el Valencia CF, con la ingestión de millones que supuso el desembarco de Peter Lim en Mestalla, necesita de una óptima planificación deportiva para construir un equipo grande. Pero con el paso del tiempo, las piezas de los máximos responsables de la parcela deportiva che han demostrado no encajar en el puzzle. Hasta cuatro nombres han compartido la voz cantante junto con Peter Lim y Layhoon Chan: Rufete, Nuno Espírito Santo, Jesús García Pitarch y José Ramón Alesanco. 
La llegada de Amadeo Salvo a la presidencia del club significó la llegada de un inesperado Rufete, convertido entonces en el mánager general deportivo del Valencia CF. Una época marcada por la incertidumbre en la que, inmersos en un dificultoso proceso de venta, el de Benejúzar apostó por jugadores que han dejado un elevado montante económico en las arcas de Mestalla. Otamendi o Mustafi fueron sus apuestas, pero también Vargas o Vinícius Araujo.

El papel de Nuno va más allá del banquillo, provoca la salida de Salvo y Rufete y asume todos los galones en una doble función de entrenador-mánager general.

El tiempo pasa y las desaveniencias con Nuno Espírito Santo se convierten en insoportables. El papel de Nuno va más allá del banquillo, provoca la salida de Salvo y Rufete y asume todos los galones en una doble función de entrenador-mánager general. El resultado, pésimo. La salida del técnico portugués deja al conjunto de Mestalla sin un referente en la dirección deportiva -dando vía libre a Jorge Mendes con la connivencia de Nuno- hasta que llega Jesús García Pitarch, un hombre de fútbol contrastado en el ámbito de la planificación deportiva. No por lo que ha demostrado en la capital del Turia, sino por contar con una determinada experiencia gracias a su paso por Atlético de Madrid, Hércules, Real Zaragoza y Baniyas SC. Lejos de arreglar las cosas, la tercera apuesta de Peter Lim para la dirección deportiva vuelve a ser un fiasco. 
Bajo sus órdenes caen tres entrenadores -Gary Neville, Pako Ayestarán y Cesare Prandelli- y llegan nueve refuerzos que llevan al conjunto valencianista a la deriva. Confecciona una plantilla incompleta, a última hora de mercado y con carencias en prácticamente todas las líneas. Eso sí, siempre consensuada por la dupla Lim-Layhoon y el entrenador. Porque como ya ha dejado caer en varias ocasiones Suso García Pitarch, los poderes en materia de planificación deportiva, de fichajes, se comparten. Tanto que desde ha llegado Peter Lim al poder, Rufete tuvo que dimitir, un entrenador como Nuno asumió los galones, García Pitarch se vio obligado a abandonar al borde del abismo y un director de la Academia como Alesanco se encuentra con el tremendo papel de asumir el cargo en pleno mercado de fichajes. Una auténtica odisea tanto en el banquillo como en la cúpula directiva que demuestra a la perfección el rumbo que ha tomado el 'proyecto Lim'. Un proyecto que ha pasado de querer competir en la élite europea a pelear con sufrimiento por la salvación. 

 
Y por supuesto, la búsqueda continúa.