El día que Kempes desempolvó las botas a los 41 años en el Vial

Espectacular reportaje el de Pablo Cheb en la Revista Líbero rescatando un pasaje desconocido por muchos de la vida futbolística de Mario Alberto Kempes. A los 41 años, el Matador sacó de su armario las botas de fútbol, las desempolvó primero, las engrasó después para dejar sus últimos cinco goles oficiales de su vida. Esos tantos llegaron en el  modestísimo club chileno del Arturo Fernández Vial. Kempes no se entrenaba con sus compañeros, sólo jugaba los partidos en casa y tampoco se concentraba porque viajaba en el día del partido. 

El mayor ídolo del valencianismo regresaba al mundo fútbol ese verano de 1995. Habían pasado 17 años desde que el Matador le marcara los dos goles en la fina del Mundial a Holanda (1978), pero los hinchas chilenos iban a tener la fortuna de volver a ver a una de las zurdas más elegantes que el fútbol argentino y mundial habían labrado con los años. El protagonista de aquella final del Monumental de 1978, tenía 41 años, hacía tres años que estaba retirado del fútbol profesional desde que en 1992 se consumió su figura en un humilde club encallado entre las montañas de los Alpes autríacos.
Kempes dijo sí a la propuesta chilena de volver al fútbol. El anuncio oficial de su fichaje fue un 27 de agosto. Chile entero celebraba ese "sí quiero" porque la sola presencia de El Matador aseguraba el lleno de los estadios donde jugara ese cuarentón. Fue un día que recuerda bien Kempes, aún le hace mucha ilusión ver a toda aquella gente que se pegaba por verle jugar. La ciudad de Concepción pasaba al primer plano informativo gracias a Mario Alberto y eso que el Arturo Fernández Vial, con 92 años de historia entonces, militaba en la segunda división de Chile. 
Lo que consiguió este modesto club, no lo logró ningún otro club argentino, hacer volver a uno de los más grandes. El Matador aceptó jugar porque era amigo íntimo del presidente y el Vial necesitaba una figura para regresar a primera división. Un futbolista fuerte y carismático que colgara el cartel de 'no hay billetes'. El impacto fue inmediato y en Chile despertó todo el interés mediático posible: era el primer campeón del mundo que vestía la camiseta negra y amarilla del “Colo Colo del Sur”. Kempes era el cargado, junto a Leopoldo Luque, de dirigir la Escuela de Fútbol Provincial de Mendoza y debía compaginar los trabajos porque no iba a renunciar a trabajar con los jóvenes. 
Toda la prensa chilena se presentó a su primer entrenamiento, se llenó todo el campo de entrenamiento para ver la condición física de El Matador, pero no se presentó a entrenar con sus compañeros, pero tampoco fue ni martes, ni miércoles, ni jueves, ni el viernes, se presentó al partido del fin de semana sin conocer a sus compañeros, pero el lleno absoluto del estadio es algo que aún se recuerda. Gente llegada de toda Chile, incluso de Argentina querían comprobar si era cierto que el gran Kempes volvía al fútbol. Y la gente explotó cuando vio encabezar al equipo aurinegro, con la número diez en la espalda, al enorme Mario Alberto. Esa melena al viento volvió a hacer aclamar a los nostálgicos y muchos de los jóvenes que no le conocían pudieron ver al gran Matador.
Kempes iba a viajar los días de partido y sólo cuando jugara en casa. Un par de horas de avión y al campo. El Vial confiaba todo su futuro a un tipo que llegó en forma y que seguía teniendo una clase estratosférica. Kempes jugó 11 partidos y marcó cinco goles maravillosos, todos ellos de falta directa. La calidad y sobre todo la pegada seguían intactas. Pero pese a los esfuerzos del club y de Kempes, el Vial no logró ascender y el ex valencianista se despidió el fútbol profesional tras cuatro meses en Chile. Aunque luego se marchó a Indonesia para pegar los últimos coletazos futbolísticos, pero en modo amateur. Kempes tiene 61 años y guarda un enorme recuerdo de su despedida del fútbol en Chile. Ha un año grabó un emotivo vídeo para el Vial que conmemoraba su 110 aniversario como club.