La permanencia tendrá que esperar

Con la vuelta de Julio Iricibar a la portería, la presencia de Adri Pérez en el lugar de Toni Villa y la apuesta de la dupla atacante formada por Higinio Marín y Caye Quintana, el Real Valladolid Promesas buscaba sellar la permanencia de forma matemática ante el Real Sporting de Gijón B, que llegaba con urgencias.

 

Goles anulados

El partido comenzaba con mucho ritmo. Ambos equipos querían hacer los deberes cuanto antes, pero eran los visitantes los que más rondaban el área y llevaban el peligro. Primero, con un disparo de Pedro Díaz a las manos de Julio y, más tarde, con un remate de Sergio Mendi que se iba alto por poco.
El filial se desesperezaba y, fruto de una falta servida de forma magistral por Óscar Arroyo, llegaba el gol de Mario Robles con un potente cabezazo, que anulaba el árbitro de forma incomprensible por entender que había falta. Los asturianos reaccionaban y daban la réplica con otro remate de cabeza que salvaba Julio. El rechazo, remachado a la red, también lo anulaba el colegiado por falta sobre Manel Royo, pero esta vez, parecía acertar.
Con el partido de ida y vuelta, Jose Arnáiz empezaba a hacer de las suyas en la banda derecha, aunque eran los rojiblancos los que golpeaban con un golazo de Jaime Santos desde la frontal. El tanto confundía a los blanquivioleta, que perdían el control y empezaban a rifar la pelota. Solo Jose insistía. Una jugada personal terminaba con un disparo junto al palo que desbarataba el portero Dennis Díaz. El saque de esquina botado por el propio jugador lo remataba Óscar Arroyo de cabeza fuera poco antes del final de la primera parte.

Poco fútbol y polémica

Consciente de que un punto daba la permanencia matemática a su equipo, Borja Jiménez realizaba dos cambios en el descanso. Adri y Caye Quintana daban la alternativa a Toni y Dani Vega y ambos intentaban revolucionar el partido. El delantero estaba a punto de empatar y el murciano no encontraba rematador en un pase de la muerte.
El encuentro caía en las imprecisiones y ambos conjuntos no podían coger la manija. Los minutos pasaban y, a pesar de que el Real Valladolid B lo intentaba con un zurdazo alto de Manel Royo, lo que encontraba era una roja directa para Iván Casado por una supuesta agresión sobre Jaime Santos.
Era el punto y final a la opción del empate. Isma Piñera dormía el choque con los últimos cambios y el árbitro, muy protestado por el trato desigual, señalaba el final. Son siete puntos de ventaja los que tiene el Promesas respecto al play-out, que ocupa precisamente el equipo rojiblanco, al que le tiene ganado el golaverage tras la victoria 0-2 en Gijón. A falta de nueve por disputarse, la permanencia parece encarrilada, pero tendrá que esperar.