¡Salvados!

El Real Valladolid jugaba en el Martínez Valero pero, a su vez, en el Ono Stadi de Mallorca, en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife y en el estadio de los Juegos del Mediterráneo de Almería. Un partido a cuatro bandas en el que los de Alberto López debían buscar un resultado que les favoreciese para conseguir la salvación matemática. Con un marcador positivo en cuatro estadios, el Pucela mantendría la categoría.

 
La salvación se consiguió y se hizo por el empate que los pucelanos firmaron. Los goles de Roger Martí y Juan Villar valen su peso en oro. El Real Valladolid cierra, por fin, la temporada. Olvidado cualquier objetivo, el Real Valladolid consumaba en el Martínez Valero, aquel estadio de triste recuerdo, cerrar una de las temporadas más tristes, sino la peor, de su historia reciente. El Pucela competirá la próxima temporada en Segunda división y ahora, sí, ya sin miedos, Carlos Suárez y Braulio Vázquez pueden dar comenzar a dar las primeras pinceladas a ese proyecto que comandará, salvo sorprensa, Paco Herrera.
El entrenador catalán recibirá un equipo muy tocado pero que no está muerto gracias a este punto en tierras ilicitanas. Jugarse la temporada en el último partido de liga ante el Mallorca no era una opción que pasaba por la cabeza del club blanquivioleta y que no se vivirá gracias al regreso de Juan Villar con el gol. El onubense, que sumaba ocho jornadas sin marca, firma la salvación del que ha sido su equipo durante esta temporada pero el que parece que dejará de serlo en las próximas semanas.

Sin tensión

Sobre el papel y pese a que con otros campos el equipo vallisoletano se podía salvar, a los pucelanos sólo les interesaba su partido. Lo que ocurría en el Martínez Valero era lo importante pero el equipo no comenzaba el encuentro demostrándolo.  Con un ritmo de juego y fútbol muy propio de un partido de pretemporada o con nada en juego y no como un partido en el que el Pucela se juega un descenso a Segunda divisón B, los minutos pasaban y pese a un dominio testimonial de los pucelanos, las ocasiones no eran claras y la intensidad no aparecía por ningún sitio.
El encuentro fue creciendo mínimamente con el paso de los minutos y, sobre todo, con la influencia en el juego de Manu del Moral. El jienense, el activo más diferencial en el Real Valladolid, asumía liderazgo en el costado izquierdo y en la faceta creadora para llegar a la meta de Javi Jiménez. El excancerbero blanquivioleta no tenía excesivo trabajo en el inicio y tampoco lo tendría en los primeros 45 minutos.
Un cabezazo de Borja Fernández y el gol de Roger Martí fue el bagaje entre palos de un Pucela sin sangre ni fuerza para demostrar la obligación en juego. Con el gol del delantero valenciano en el minuto 26, el Pucela mostró, nuevamente, por qué está como está. En un momento de apretar los dientes e intentar solventar el empuje local, los pucelanos recibieron dos ocasiones claras. El empate de Sergio León llegaba tras un saque de esquina que genera el conjunto ilicitano después de asumir el gol encajado con rapidez y llevar un peligro a la meta de Kepa que debe ser solventado por un equipo que se juega la vida. 
El Pucela no superó esa reacción del equipo local y se marchaba al descanso con un empate que valía clasificatoriamente pero con una imagen muy propia de esta temporada. Es decir, un reflejo pobre de lo que debe ser el Real Valladolid. Tal fue la primera parte que el colegiado, Areals Rojas, no quiso llegar al minuto 45 y segundos antes decretó el final del partido.

Calidad

Si el primer acto no tuvo fuerza ni fútbol, la segunda tuvo de todo. Los cambios de Rubén Baraja y de Alberto López dieron aire fresco a sus respectivos equipos y el juego sumó dos puntos de intensidad. Con ellos se adelantó el Elche. Un toque de Pelayo en una falta lateral de Espinosa daba la vuelta al marcador al poco de comenzar el segundo acto.
Los cambios en el Real Valladolid, con la entrada de Juan Villar, tocado durante toda la semana, y de José Arnáiz, dieron frescura ofensiva al Pucela. Tanta como para que la calidad de Pedro Tiba y Óscar González dejaran el gol en bandeja de los pies de Juan Villar. El máximo goleador del Real Valladolid anotaba un gol importante, un tanto crucial para la historia blanquivioleta. Salvar la categoría era vital y con el empate y la llegada a los 51 puntos, el Real Valladolid continuará en la categoría de plata y así podrá cerrar esta triste página de su historia. Una de las más negras jamás imaginadas.