Combate nulo en Luarca

A solo 11 días del debut liguero y noctuno entre Real Valladolid y Real Oviedo, ambos equipos se citaban en Luarca para disputar un partido amistoso conmemorativo en el XVII Trofeo Ramón Losada. El duelo, entre dos de los máximos aspirantes a vivir en la zona alta de la categoría, ganaba en intensidad y en conocer la situación de ambos conjuntos al ser, en ambos casos, el penúltimo encuentro de la pretemporada 2016. Mientras el Pucela recibirá el sábado al Deportivo Alavés en Zorrilla, los asturianos viajarán hasta el Estadio de El Toralín para enfrentarse a la SD Ponferradina.

 
Los amistosos del fin de semana pondrán distancia entre los duelos de estas entidades amigas, que el próximo día 21 vivirán un partido marcado por la amistad que une a ambas aficiones. Si fuera del terreno de juego la unión es importante, en el campo siempre hay batallas que ganar. Si en el amistoso era el aprovechamiento de las oportunidades de los entrenadores, en Liga ya serán los tres puntos en juego.
Antes de poner en marcha el primer partido oficial de ambos, pucelanos y azulones marcaron un gran ritmo de juego en Luarca. Con una diferencia muy palpable en el estilo de unos y de otros, los de Paco Herrera y Fernando Hierro dejaron una buena prueba de fuego que terminó con el trofeo viajando hasta las vitrinas del Carlos Tartiere.

Duelo de estilos

Con un fuerte viento como protagonista inesperado en el partido, Pucela y Oviedo comenzaron el partido muy intensos. Cada uno en su juego pero ambos con las ideas claras. A poco más de una semana para comenzar el campeonato regular, los locales, por la proximidad geográfica, imponían un fuerte ritmo de transiciones en las que Nando García, ex del Córdoba CF, era el protagonista. Markel Etxeberria sufría en defensa ante el constante trabajo del jugador cedido por el Valencia CF.
Con dos referencias ofensivas muy definidas, los de Hierro querían cambiar la estancia de su campo al rival en pocos segundos. En cambio, los pucelanos elaboraban y manejaban el balón con mucho acierto. La superioridad en el centro del campo favorecía al esquema de Paco Herrera.
Pese a la intensidad del juego de unos y de otros, al encuentro le costaba generar ocasiones y llevar peligro sobre las metas de Juan Carlos e Isaac Becerra. Salvo un remate de Toché al palo en el minuto 11 y una gran jugada individual de Joan Jordán en el 36, no existieron ocasiones claras por parte de unos y de otros en una primera parte de alternativas pero de pocas ocasiones. Ambos tenían las ideas claras hasta llegar a los últimos metros, donde la claridad se nublaba para que el público del Estadio de La Veigona no pudiera celebrar goles.

Multitud de cambios

Pese a la idea de los últimos encuentros de dar mayor protagonismo a los once titulares, en esta ocasión el cuerpo técnico pucelano realizaba nueve sustituciones en el descanso. Solamente Isaac Becerra y Sergio Marcos no se quedaban en el modesto vestuario asturiano para completar el partido. Estas sustituciones dejaban a un buen grupo de los teóricos titulares con 45 minutos de simulacro ante el equipo azulón. Batalla que no ganaron y oportunidad que no aprovecharon.
Como en la primera parte, el combate, dejando a un lado el resultado y el ganador del trofeo, resultaba nulo. La intensidad que, como en Tordesillas ante el CD Lugo, se transformaba en agresividad y faltas innecesarias de ambos lados, provocaba la pérdida de fútbol. El protagonismo futbolístico de Ibán Salvador se transformaba en un enfrentamiento con Héctor Verdes que, poco a poco, se propagaría en todo el terreno de juego y en ambos conjuntos.
Constantes parones e interrupciones del juego, además de los cambios dispuestos por Fernando Hierro frenaban el ritmo de un partido que decidiría Miguel Linares en el tramo final. Una jugada aislada en una segunda parte muy igualada provocaba la segunda derrota de la preparación blanquivioleta en un encuentro igualado que un fallo defensivo del Pucela decidió en los último minutos para bajar de las nubes al Pucela y dejar claro que aún queda mucho trabajo.