Carpetazo a la crisis

Tras acumular cinco derrotas consecutivas el Real Valladolid debía despertar ante la Agrupación Deportiva Alcorcón y así lo ha hecho. Los tres puntos se quedan en el Nuevo Estadio José Zorrilla y los de Paco Herrera consiguen, por fin, dar carpetazo a una de las peores rachas de la historia del club blanquivioleta. Imponiéndose al equipo que dirige Cosmin Contra, los pucelanos eliminan todas las alarmas, los miedos y los peligros que el equipo venía acumulando desde el 10 de septiembre cuando la expedición blanquivioleta caía derrotada (1-0) en el Heliododo Rodriguez López ante el Club Deportivo Tenerife. 


En esta regreso a la senda de la victoria Paco Herrera no quería pruebas y apostaba inicialmente por lo que cree aunque los resultados no lo confirmen. No perdía la lógica de su propuesta y se inclinaba por una idea similar a aquella de la que hizo gala en el Ciutat de Valencia. Siendo oficial la nueva pareja de centrales, ésa con experiencia sólo en competición copera, la propuesta radicaba por el famoso rombo en el centro del campo. La sala de máquinas era idéntica al encuentro ante el Levante Unión Deportiva y la única variación sobre el último duelo estaba en la entrada de José Arnáiz en el puesto de Raúl de Tomás. Sin el '47' sobre el terreno de juego, el Pucela exponía ideas de movilidad y carencias de una referencia fija en el área. Brillante idea. 
La propuesta salía perfecta para los intereses pucelanos gracias al acierto goleador del futbolista de Talavera de la Reina. Los dos tantos del '28' provocaban que el Pucela regresase a la senda de la victoria tras más de un mes desde los últimos tres puntos consechados por un conjunto que gracias al canterano se olvida de todo lo ocurrido desde el viaje a Tenerife y da un carpetazo definitivo a su crisis de resultados.

Sin ansiedad

Con el peso de tener que sumar por obligación en esta novena jornada, los locales comenzaban dominando el partido. No dudaban en que el camino para regresar a la senda de la victoria era haciéndose con el balón y viviendo más tiempo en el campo alfarero que en el propio. Dmitrovic debía ser protagonista y no Isaac Becerra, como venía siendo habitual. El equipo tenía claro sus objetivos y el camino para conseguirlos. El dominio del partido era una obligación y la ansiedad un amigo muy lejano. La senda hacia la victoria se comenzaba a fraguar desde los vestuarios al convencer al equipo de que los nervios, la angustia y la inquietud no eran los ingredientes para volver a sumar.
Si Cosmin Contra afirmaba en la previa que uno de los puntos de su planteamiento era "jugar con los nervios" locales, no lo consiguió. La fuerza inicial del Real Valladolid era la protagonista y los alfareros, con Víctor Pérez e Iván Alejo en el banquillo, vivían a remolque de un Pucela que dominaba y se gustaba desde el minuto cinco. Una jugada veloz de José Arnáiz, que finalizaba con calidad dentro del área, daba ventaja al Pucela muy pronto, tiempo en el que los pucelanos ya se habían llevado un susto tras un remate al larguero de los visitantes tras sólo 73 segundos de juego.
El susto inicial no intimidó a los locales que, tras el segundo gol liguero del '29', se hicieron con el balón y el centro del campo. La confianza del tanto ayudaba a un equipo que se adelantaba por tercera jornada consecutiva y que ampliaba la ventaja cuando sólo transcurrían 12 minutos gracias a un doblete del canterano. Los condicionantes que exigía la recuperación del equipo llegaban muy pronto y, con ellos, aumentaba la esperanza del juego y la ilusión de la afición.

Soberbia primera parte

Gracias a los tantos del que ya es máximo goleador del equipo blanquivioleta, los locales redondeaban una primera parte brillante. Si existía alguna forma de dar carpetazo a la crisis de resultados y olvidar aquellos fantasmas que habían aparecido en el entorno, ésta era la que mostraba el juego vallisoletano. La efectividad de cara a puerta, el dominio de los tiempos de Joan Jordán, la calidad determinante de Alex López, el apoyo y trabajo en los espacios de Juan Villar y la seriedad de la defensa regalaban al Nuevo Estadio José Zorrilla los mejores minutos de la temporada.

Una primera parte de lujo y calidad que limaba las posibles diferencias entre el equipo y el entorno. Con minutos como los primeros 45 este Pucela tendrá éxito y esa seguridad y confianza que posee el entorno con el equipo ahora, se convertirá en gratificación, unión y celebraciones en un futuro próximo. El equipo ha vuelto a encontrar el camino con una primera parte de sobresaliente que debe crear una inercia para el futuro.

Dominio con balón y alivio

Llegados al descanso con un Pucela muy superior, los locales iniciaban el segundo acto con la lección bien aprendida. Paco Herrera instaba a sus jugadores a que no pasara nada en el partido y que fueran los locales los que dominaran éste desde el control absoluto del balón. Pese a un inicio fuerte y con dos  acercamientos interesantes de la Agrupación Deportiva Alcorcón, los segundos 45 minutos del encuentro transucurrían por el camino que querían los locales. Un segundo acto dormido y plano en el que lo más destacado fue el debut liguero de Guzmán Casaseca firmaba el necesario regreso a los puntos.
Así, con esta ansiada victoria el Real Valladolid cambia la cara. Paco Herrera respira con tranquilidad mientras el entorno ve confirmadas muchas de sus creencias y confianzas, aquéllas que ha depositado sobre un equipo que no tendrá mucho tiempo para saborear el regreso a la senda de la victoria. En apenas cuatro días, la visita copera del Club Deportivo Tenerife, aquél conjunto conjunto con el que empezó todo, es el siguiente frente sobre el que ha puesto sus ojos un equipo aliviado y que ha recuperado parte de sus sensaciones del inicio de temporada.