Embarazo de ilusión

La victoria (0-3) ante el Real Club Deportivo Mallorca fue un paso importante para el Real Valladolid. Los de Paco Herrera se impusieron en tierras baleares en un duelo que esquivaba la mala racha y que hacía de la visita del Club Deportivo Mirandés una verdadera "final", como definía el propio entrenador pacense. En este derbi regional los pucelanos tenían la urgencia de confirmar su nueva ambición, aquélla que le debe hacer llegar hasta el playoff de ascenso y, a su vez, hacerle terminar el año 2016 cerca de sus objetivos.

Para este decisivo encuentro, y como el propio cuerpo técnico confirmaba en la previa, no se iban a realizar grandes cambios. La base sería la misma del duelo de hace una semana. "Sólo me planteó la entrada de Jaime Mata", decía Paco Herrera, como así fue. La entrada del '9' por Alex López devolvía las tres referencias a un equipo blanquivioleta que no dudaba en ir a por el partido desde el pitido inicial. Con la asentada línea defensiva, André Leão, Joan Jordán y Míchel Herrero formaban en el centro del campo para dejar al ex del Girona FC como referencia ofensiva mientras que Juan Villar y Jose Arnáiz apoyaban al delantero madrileño desde los costados.
La propuesta pucelana salía a la perfección. Tanto en la creación de ocasiones como en el dominio del juego, los locales fueron muy superiores en los 90 minutos al equipo rival. Los burgaleses, en una situación delicada tras el cambio de entrenador que han vivido, se veían superados por un Real Valladolid acertado y que vivía todo de cara. Un tempranero gol en el inicio de los tiempos acercaba la victoria para los blanquivioleta.

Esperanzador inicio

Con una propuesta ofensiva y sin ningún tipo de plan conservador, el Real Valladolid demostraba desde el inicio que en Mallorca se creó una esperanza que liberó de muchas presiones al equipo. Si Alex Pérez se encontraba con el larguero a los tres minutos de comenzar el duelo, pocos segundos después sería Jose Arnáiz el que partió diferencias en el marcador y comenzó a poner muy difícil el estreno de Claudio Barragán, recién llegado al equipo burgalés. El testarazo de '29', que firmaba su sexto gol de la temporada, allanaba el camino de la séptima victoria de la temporada para el Real Valladolid.
El centro lateral, medido a la cabeza del canterano, esperanzaba a un equipo que sufriría en el avance de la primera parte. Pese al inicio pucelano, el equipo burgalés no iba a vender muy barata su piel. Si los pucelanos querían los tres puntos deberían pelearlos. El objetivo estaba claro y los de Barragán buscarían sus opciones con constantes presencias en el área de Isaac Becerra. Sin grandes ocasiones ante el portero catalán, la sensación de peligro fue constante hasta que en el minuto 34 Juan Villar hizo el segundo tanto.
Una combinación local de alto ritmo terminaba, como en el primer gol, con un centro lateral desde el costado diestro. Para el remate aparecía el onubense y ampliaba distancias para un Real Valladolid que, con la inercia del gol, llegaría al tiempo de descanso con un marcador amplio, quizás excesivo, pero que en los últimos minutos supieron manejar. Los vallisoletanos no dudaron en dormir el partido en los diez minutos finales para llegar al intermedio con una solvente ventaja.

Sentencia de Jaime Mata

Si los últimos minutos de la primera parte transcurrían con la tranquilidad que quería el Real Valladolid, el segundo acto comenzaba, también, como querían los jugadores de Paco Herrera. La implantación de un ritmo alto de juego era ventajoso para un equipo que marcaba en la primera gran ocasión tras la reanudación. Un penalti sobre Jaime Mata que era materializado por el propio madrileño suponía un gol tan importante para el jugador como para el partido.

Su segundo gol liguero con el Real Valladolid sentenciaba el encuentro y dejaba esperanzas de crecimiento en un equipo que exigía un partido así. Tras despedir la mala racha en Mallorca, la urgencia por confirmar se conseguía en la primera oportunidad. El equipo no dudaba ante sus opciones y si dejaba encarrilado el duelo antes del descanso, tras la reanudación, la victoria quedaba vista para sentencia y dejaba al Pucela con 25 puntos en la parte media alta de la clasificación de 'LaLiga 1|2|3'.

Minutos de confianza

Con ese tercer gol estaba marcado quién se iba a llevar los tres puntos pero no cómo. Los minutos finales, llenos de confianza para los pupilos de Paco Herrera, regalaban minutos a Dejan Drazic y Sergio Marcos y goles a Raúl de Tomás y Jaime Mata. Mientras el alcarreño y el serbio cogían carrerilla en lo que a rodaje se refiere, los dos delanteros aumentaban su confianza de cara a puerta con dos tantos que hinchaban la cuenta y el autoestima de un equipo que, cuestionado por su falta de '9', veía marcar a todos sus delanteros.
Con la goleada final el Real Valladolid llega a los 25 puntos. Vuelve a dar un golpe encima de la mesa y agarra la confianza que generan las dos últimas victorias, los ocho goles anotados y el no haber encajado como la base para intentar cerrar el año 2016 como se merece el Club, su entorno y el proyecto que ambos quieren diseñar y que exige duelos como éste, partidos que llenen de ilusión.