Querer y no poder

No pudo ser. El Real Valladolid Promesas desaprovechó la opción de volver a acercarse al play off de ascenso a Segunda División en su visita al campo del cuarto clasificado. Cayó derrotado con un doblete de Kevin Presa en la primera parte que tiraron por tierra la ilusión de los de Rubén Albés de volver a ponerse a tiro de piedra del Pontevedra CF, que además de aventajar ya en nueve puntos a los pucelanos, se llevan el golaverage particular tras el 2-1 de la primera vuelta en los Campos Anexos.

 
Ambos equipos se conocían perfectamente. Se tenían estudiados a medida, lo que se notaba en una primera parte sosa y aburrida, en la que reinaba la falta de fluidez y el exceso de juego en el centro del campo. El filial se negaba a rifar la pelota, pero los locales presionaban arriba, buscando que los pucelanos arriesgaran para hacerse con unos balones divididos en los que se mostraban mucho más fuertes. Casi en su primer acercamiento, encontraban el premio. Kevin Presa se adentraba en el área tras una jugada personal y su disparo golpeaba en la pierna de Mario Robles, desviándose lo suficiente como para despistar a Tanis Marcellán y establecer el 1-0. De nuevo a remolque fuera de casa.

Duro revés

Curiosamente, el gol le sentaba mejor a los visitantes, que poco a poco iban ganando confianza y comenzaban a mover la pelota con más criterio. Pero faltaba el último pase. Los puntas no lograban hacerse con el esférico y las tímidas intentonas morían en la defensa gallega. Por contra, el conjunto granate era más vertical. Rehusaba a sobar la pelota en exceso. No le hacía falta. Al igual que su rival, apenas llegaba, pero cuando lo hacía, era con más daño.
En los minutos previos al descanso se iba a ver la mejor versión del Promesas, que metía una marcha más y disfrutaba de sus primeras ocasiones en sendos disparos de Manel Royo y Dani Vega, que eran desbaratados por el portero Edu Sousa. En los mejores momentos del equipo vallisoletano, iban a recibir un revés más. Otra vez Kevin asestaba un nuevo golpe con un golazo desde la frontal justo antes de que Alexander González González señalara el término de la primera parte.

La reanudación traía consigo varias novedades. La primera de ellas, desde el banquillo. Albés daba entrada a Iván Martin para jugar con dos delanteros. Precisamente el atacante recibía una dura entrada de Bruno Rivada, que le dejaba los tacos en el cuello y veía la tarjeta roja ipso facto. Una acción que podía revivir el choque. Del posible tercer gol del Pontevedra en un tiro al palo de Eneko Eizmendi a quedarse con diez. Para colmo, Mario Barco se lesionaba al poco de salir al terreno de juego.

Sin fortuna

La grada ya no lo veía tan claro. El dominio era del conjunto blanquivioleta, que malograba la opción de acortar distancias en un lanzamiento de Miguel Marí en el que se lucía Edu. A pesar de ello, el tiempo pasaba y el Pucela no encontraba la manera ni tenía los argumentos para desenmarañar el entramado defensivo de los de Luisito Míguez.
El técnico visitante echaba mano de la velocidad de José Luis Sinisterra, pero el final estaba cada vez más cerca y no había visos de que la cosa fuera a cambiar. Incluso podía haber empeorado si Tanis no hubiera sacado una buena mano en una volea de un bullicioso Álex González desde la media luna del área. De ahí al final, el Real Valladolid B lo intentaba más con el corazón que con la cabeza, expirando el partido y por ende un play off que ya queda demasiado lejos.