Villar toma el mando

Tras una derrota tan dura (0-4) como la cosechada hace una semana ante el Levante UD, el Real Valladolid viajaba hasta el Estadio de Santo Domingo de Alcorcón con "todo por ganar". Los de Paco Herrera vivían una previa dura y exigente en la que tenían la fuerte obligación de cerrar la etapa de los últimos seis partidos. Con sólo una victoria en todo ese tiempo y con apenas cinco puntos de los últimos 18, el duelo vivía una sensación amplia de "necesitados" entre los pucelanos y los alfareros.

 
Ambos equipos están comidos por sus problemas, como así demostraban durante la semana. Ni uno ni otro llegaba al duelo en buena dinámica y en lo que al Real Valladolid respecta, Paco Herrera tomaba cartas en el asunto. El pacense, fiel a un estilo muy determinado en los 33 partidos dirigidos hasta la fecha, optaba por un esquema y una filosofía que sorprendía en la localidad madrileña. Con la salida Markel Etxeberria, Pau Torres y Alex López del once titular, Javi Moyano, Isaac Becerra y Rafa López entraban en una versión novedosa de un Real Valladolid que, sorprendentemente, iniciaba el duelo con defensa de cinco.
Pese a la propuesta pucelana, el partido no comenzaba como el Real Valladolid quería. La Agrupación Deportiva Alcorcón dominaban el juego y se adelantaban en el marcador. El Real Valladolid tenía que trabajar para remontar el duelo, como así sería. Lo haría gracias a una brillante actuación de Juan Villar. El '7', que volvía a la senda del gol tras 50 días sin hacerlo, tomaba el control de la situación, incluso, asumiendo la responsabilidad de lanzar un penalti.

Gol psicológico

La idea blanquivioleta era nueva pero la realidad la misma de siempre. Los pucelanos comenzaban el duelo sin aclimatación al nuevo esquema y el paso de los primeros minutos perjudicaba a los visitantes. El dominio era local y los de Paco Herrera vivían en su campo. Sin velocidad de juego y con los mismos problemas de siempre, David Navarro adelantaba a los amarillos antes de llegar al minuto 10. Un saque de esquina bien ejecutado por los locales o mal defendido por los visitantes, según se quiera ver, dejaba en ventaja a los de Julio Velázquez.
Tras ella, el autor del gol pedía el cambio y el Real Valladolid lo agradecía. Sin el experimentado defensa central, el equipo blanquivioleta fue ganando metros. Se fue acercando a la meta de Marco Dmitrovic hasta que Juan Villar conseguía restablecer la igualada antes de llegar a la media hora. Una maniobra bien finalizada por el '7' pero elegantemente ejectada y creada por Joan Jordán hizo elevar la ilusión de un equipo y de una afición desplazada que asumiría el tiempo de descanso con la ventaja en el marcador.
Antes de llegar al descanso, Juan Villar provocaba un penalti. Luccien Owona, defensa amarillo, derribaba al futbolista siendo último hombre pero sin que el onubense tuviera dominado el balón. Acción decisiva bien señalada y castigada por el cántabro Cordero Vega. Amonestado el defensa local, Juan Villar hacía el segundo tanto y el Pucela llegaba al descanso con un gol psicológico que hacía elevar la esperanza y potenciar las posibilidades de los de Paco Herrera. Un equipo que despertó desde el gol de David Navarro y que potenció su juego desde su lesión.

Versión alternativa

Tras la reanudación el Real Valladolid buscaría un partido lento para encontrar los nervios de una Agrupación Deportiva Alcorcón al que se le había puesto muy complejo el partido. El equipo con peor registro de goles de la temporada y el tercer peor en la última década en la categoría debía anotar tres goles para conseguir la victoria. Tal cifra sólo la había conseguido en una ocasión en toda la temporada.
Un equipo que sólo ha marcado dos goles durante un partido en cuatro ocasiones tendría muchos problemas para superar una situación que había generado Juan Villar y que era el sustento sobre el que se iba a basar un equipo que buscaría el contragolpe y los espacios. Con todo, el duelo caminaba hacia el gusto de Paco Herrera. Pasada la hora de juego, los pucelanos aún mantenían sus tres sustituciones mientras que Julio Velázquez ya había quemados su cartas.

Mientras los visitantes tenían opción de cambiar el partido con jugadores de refresco y con el marcador a favor, los locales quemaban sus naves. Todo parecía salir al gusto de un Real Valladolid que conseguía que no ocurriera nada en el partido. Con una defensa férrea que concedía muy pocas ocasiones, la velocidad de Juan Villar o de Jose Arnáiz, la profundidad de Javi Moyano o Luciano Balbi y la calidad de Míchel Herrero dejaban opciones pucelanas. Oportunidades claras en las botas de Míchel o Villar que cerca estuvieron de ser la sentencia. Con acierto o sin él, lo que quedaba aclaro para el tramo final del partido era que el Pucela optaba por una alternativa versión contragolpeadora.

Sufrimiento final

La idea que parecía clara en el Real Valladolid no aseguraba la victoria. Con el paso de los minutos y la presión alfarera tras una jornada que le deja un puesto por encima de la zona de descenso, el último tramo del partido estaría marcado por la intensidad y el sufrimiento. Mientras los locales seguían buscando el tanto del empate, los metros entre la defensa local y Dmitrovic dejaban opciones a un equipo visitante que daría entrada a Jaime Mata, tras el pobre partido de Jose Arnáiz, a Alex López para dar frescura en el centro del campo y a Ángel García para cerrar los huecos exteriores. En el minuto 93 y con el pitido final, todo valía. ¡El Real Valladolid ganaba en Alcorcón!
Con esta victoria el Pucela rompe su mala racha. Consigue ganar un partido tres jornadas después y cierra la racha de cinco puntos de 18. Así, tras ganar en el siempre complicado feudo de Alcorcón, los de Paco Herrera llegan hasta los 42 puntos y, tras los resultados de la jornada, se queda a sólo dos puntos del Getafe CF, último equipo en la zona de play off. Llueve menos en el entorno del Nuevo Estadio José Zorrilla. Y se agradece. Todo por el acierto ofensivo de Juan Villar que, también, es necesario para bajar el nivel de crispación