¡Minutos para todos!

El formato que se está asentando en la Copa del Rey, aquél sobre el que clamaba Luis César Sampedro el pasado domingo, va a llevar a una dinámica que obligue a pensar que los equipos van a jugar los partidos y que ya que están en el partido deben luchar por él. Así, el que más ímpetu e intensidad le imprima se llevará la victoria. Ganar y clasificarse será un premio menor y perder y caer eliminado, un alivio más que una gratificación.

 
Pese a que el Real Valladolid, en voz de su entrenador, aseguraba que lo que importa es LaLiga Santander y no el torneo copero, los pucelanos llegaban con intención de darle peso. Con una plantilla de 25 jugadores, el Real Valladolid necesita tener minutos de progresión y avance para toda la plantilla. Así, las rotaciones totales ejercidas por el cuerpo técnico eran positivas y la demostración de que la Copa del Rey interesa para seguir creciendo, incluidas las "rotaciones".
Es importante para que jugadores como Sulayman Marreh, Anuar Tuhami, Toni Villa, Kiko Olivas, Sergio Marcos o Ángel García tuvieran sus primeros minutos y para que otros como Asier Villalibre, Óscar Plano, Antonio Cotán o Javi Moyano tomaran progresión en la temporada. La planificación estaba clara y el planteamiento del Real Valladolid, también. Un Real Valladolid muy incisivo en los primeros 60 minutos del partido supo aprovechar dos de las innumerables ocasiones generadas para firmar su clasificación. Un duelo de ritmo, ocasiones e ilusión en su primera media hora quedaba muerto y sentenciado con la expulsión de Carlos David tras la hora de juego. En inferioridad, la Sociedad Deportiva Huesca no supo y el Real Valladolid no quiso.

"Robar y correr"

"En caliente, ¿qué es lo que menos te ha gustado?". Esta fue una de las preguntas a las que tuvo que responder Luis César Sampedro en la comparecencia tras ganar (2-0) al Club Deportivo Tenerife. La versión exigente del gallego afirmaba que el equipo había generado poco tras el segundo gol. Los robos pucelanos en zonas defensivas de los canarios no se traducían en goles y sí en ocasiones, pero pocas. La más destacada era la de Óscar Plano que detuvo Dani Hernández. El equipo asumía los errores del partido y saltaba al Estadio de Alcoraz con la idea clara de pelear la posesión a un equipo como el de Joan Francesc Ferrer 'Rubi', pero no destacar el contragolpe. 
Gracias a transiciones rápidas el Real Valladolid dominaba el partido. La Sociedad Deportiva Huesca quería proponer y para ello se abría mucho. Así, y con una presión muy elevada, los de Sampedro, con Toni Villa en plan estelar y Anuar Tuhami liderando esos cambios de ritmo, supieron poner en aprietos a Ander Bardají. El joven portero vasco ya sufría antes de que en el minuto 17 Óscar Plano adelantase a los pucelanos.
Si antes del primer tanto del '23' con la camiseta blanquivioleta Asier Villalibre se topaba con el portero, tras el tanto, el '2' blanquivioleta disfrutaría de dos ocasiones más. Dos grandes movimientos del delantero cedido por el Athletic Club no terminaron en gol por falta de acierto. Pese a ello, el encuentro caminaba hacia el descanso con la sensación de un Real Valladolid muy superior a la Sociedad Deportiva Huesca. Un juego tan ilusionante como el del último duelo pero sin la recompensa merecida. Menor pudo ser el premio en el intermedio de no ser por Isaac Becerra. El primer acto pareció hacerse largo a un Real Valladolid que tuvo que hacer uso de su portero. Dos intervenciones del '13' blanquivioleta hicieron bueno el estreno goleador de Óscar Plano y valida la superioridad pucelana. 

Villalibre se desquita

La primera parte había tenido un nombre propio. Dentro de la superioridad del Real Valladolid, el duelo no parecía sentenciado porque Asier Villalibre no había aprovechado las oportunidades que él mismo había generado. El paso por el vestuarios cambió la dinámica del delantero. Todo lo marrado en los primeros 45 minutos se rompía al poco de comenzar. Poco después de la lesión de Ángel García y el consiguiente debut de Fernando Calero, el Real Valladolid ampliaba, merecidamente, las distancias en el marcador.

Con el tanto del delantero de Gernika y la expulsión de Carlos David, por una doble amarilla en apenas siete minutos, el duelo se inclinaba hacia la expedición blanquivioleta. El encuentro parecía dominado por los vallisoletanos. En juego y detalles. La superioridad sobre el césped era blanquivioleta mientras todo lo que transmitía ese dominio era favorable a los pucelanos. A falta de un tercio del partido, la clasificación parecía cercana. 

Partido muerto

Tras el segundo gol y la inferioridad oscense, el Real Valladolid dormía el partido. Posesiones largas con el objetivo de que no ocurriese nada era el camino con el que los de Luis César Sampedro terminaban de firmar la clasificación copera. En un dinámica visitante en la que se buscaba que no ocurriese nada y una local de total impotencia, el Real Valladolid veía correr los segundos con casi el único susto de un gol bien anulado a  Ezequiel Rescaldani. Intención local, más por agradar que por ilusón por remonatar, llevaron al equipo de Rubi al área de Isaac Becerra pero nunca a la opción de remontar el partido.
El duelo se resume en el domino total del Real Valladolid, un equipo que necesita oportunidades para todos sus jugadores al ser un plantel de alternativas y posibilidades, al menos por lo visto en el Estadio de El Alcoraz y en la primera victoria blanquivioleta en tierras altoaragonesas.