El Promesas sigue reñido con la victoria

La injusticia del fútbol sigue cebándose con un Real Valladolid Promesas que 'se dejó' empatar en los instantes finales ante un Rápido de Bouzas totalmente superado a lo largo del encuentro. El filial blanquivioleta dominó y perdonó en repetidas ocasiones ante el conjunto gallego, que se encontró con el tanto que firmó las tablas en el minuto 88 tras una pérdida garrafal en la medular. Luis Suárez previamente marcó el gol de los pucelanos tras varios intentos y un recital de Brais Pereiro, el cancerbero visitante. Si la pasada jornada se consiguió un punto de mejoría ante la SD Ponferradina, en esta ocasión el punto fue de crueldad, ya que los pucelanos merecieron más ante los pontevedreses. 

Desde los primeros minutos, la necesidad de puntos y la ansiedad por conseguir el primer triunfo espolearon a un Real Valladolid Promesas que ya muestra otra cara tras la llegada de Miguel Rivera. Los blanquivioletas se hicieron con el balón bajo la batuta de Alejandro Carrascal y Miguel Marí ante un compacto Rápido de Bouzas que sólo podía repeler las acometidas locales. Luis Suárez, que cuajó una gran primera mitad, tuvo la primera a los 12 minutos de juego, pero su disparo se marchó ligeramente desviado. Fue la primera de muchas de las que dispuso el punta colombiano.
El filial no quería ceder el balón a los gallegos y siguió muy intenso presionando arriba a los defensores visitantes. La pelota quemaba en las botas de los pontevedreses y sus intentos de salir a la contra morían una y otra vez merced al buen hacer de la zaga local. Así, no fue hasta el minuto 25 cuando Guille Lara tuvo algo de trabajo tras un error de Mario Robles que aprovechó Anderson Castelo y que terminó con disparo de Óscar Sielva que se fue a escasos centímetros del palo defendido por el meta gaditano. Fue un espejismo que espoleó al Promesas en busca del un tanto antes del descanso.
Tras el acercamiento de los gallegos, los locales reaccionaron y rozaron el tanto hasta en dos ocasiones por medio de Luis Suárez, muy activo y participativo en todas las zonas de ataque, y a balón parado tras un despeje del visitante Diego Diz que a punto estuvo de acabar en su propia portería. El Promesas firmó sus mejores minutos en la recta final de la primera mitad, pero emergió la figura del cancerbero Brais para salvar a su equipo hasta en tres ocasiones con intervenciones de muchísimo mérito sobre Luis Suárez, por partida doble, y tras remate de cabeza de Jorge Segura 'Porto' que acabó pegando en el larguero. Cuando peor lo pasaba el Rápido de Bouzas llegó el tiempo de descanso.

Premio y castigo

Tras el paso por vestuarios, los vigueses se estiraron y salieron con otra cara gracias a la entrada de un Pedro García que puso orden en sus compañeros y logró sacar una marcha más de intensidad. Pero el fútbol y la alegría seguían siendo cosa de los blanquivioleta, que seguían reñidos con un gol que se hizo de rogar hasta el minuto 72, cuando Eduardo Alvarado, que apenas llevaba cinco minutos sobre el terreno de juego, dejó sólo a Luis Suárez con una asistencia magistral. El punta colombiano batió por bajo a un Brais que hasta ese momento había estado infranqueable. Nada pudo hacer el cancerbero en esa ocasión. 
Lejos de conformarse con la mínima renta, el Real Valladolid Promesas siguió empujando y buscando el segundo tanto, pero de nuevo la zaga visitante y Brais impidieron a los locales certificar una victoria que tenían en las manos pero que dejaron escapar en la recta final del encuentro. Una pérdida garrafal cuando el partido estaba cerca de morir y bajo control, desencadenó una serie de desdichas que terminaron dejando a David Álvarez, quien había ingresado hacía apenas 10 minutos, solo contra Guille Lara, anotando el tanto que sellaba las tablas entre ambos conjuntos ante la atónita e impotente mirada del filial, que se había dejado empatar tras un partido notable en todos los sentidos. El fútbol en su faceta más cruel golpeó de nuevo al equipo blanquivioleta, que ha cambiado su imagen y al que solo le falta un triunfo para despegar.