Así ha diseñado Herrera el duelo del Carranza

Para Paco Herrera nunca ha existido ninguna duda: "El estilo de juego se forja desde el entrenamiento", aseguraba en una entrevista. "Desde el entrenamiento", apuntillaba en esas mismas declaraciones. Para él no hay otra opción. El equipo debe tener la identidad desde el trabajo diario y, así, competir al mejor nivel. Se debe tener una idea pero "no morir por ella", según el pacense, y trabajar en base al rival al que te vas a enfrentar. ¿Cómo debe ser ese trabajo detallado?, es la pregunta. Para el entrenador blanquivioleta está claro que los detalles deben ser menores que la base. El equipo debe trabajar su identidad pero, a su vez, puntualizar cómo hacer daño al rival.

 
Hace una semana, en la previa ante el Reus Deportiu, se pudo ver que el Real Valladolid durante toda la semana trabajó en las diferentes sesiones el juego exterior. Paco Herrera, con la idea clara de jugar con tres jugadores ofensivos, siendo dos de éstos Jose Arnáiz y Juan Villar en posición de extremos bien abiertos, quería hacer daño por fuera al equipo de Natxo González. Juego exterior para buscar centros laterales. La idea estaba clara y esta fue trabajada en todas las sesiones de la semana.
Finalmente, y a la hora de la verdad, el Pucela firmó 25 centros al área de Édgar Badía. Tanto laterales, como extremos o interiores buscaban el centro lateral que, curiosamente y a balón parado, fue el protagonista del gol. Una falta lateral de Joan Jordán era rematada por Raúl de Tomás después de que el madrileño se adelantase a toda la defensa catalana. En ese instante y, sobre todo, tras e pitido final, el trabajo previo había merecido la pena y el entrenador había dado con la clave.

¿Y ante el Cádiz?

Dice que cada partido es un mundo y puede ser cierto. Pese a una idea propia, los detalles son cada semana diferentes. Con la propuesta que se intentó hacer en la derrota (3-1) ante el Getafe CF, con ese "partido de hombres" que pedía Herrera, no se hubiera ganado al Reus Deportiu ni se hubiera goleado al CD Mirandés. Por ello, en la visita al Estadio Ramón de Carranza la idea pucelana pasa por otras puntualizaciones de la pasada. Ahora, el equipo de Herrera busca los espacios y no tanto el juego exterior. No quiere tanto las superioridades en banda ante el lateral rival como sí los contragolpes y las transiciones cortas. Éstas serán vitales, tanto en ataque como en defensa. Se intuye que pueden ser la base del duelo y así lo ha trabajado el equipo, como afirmaba Paco Herrera en su comparecencia del jueves.
El Real Valladolid viaja a Cádiz con la idea clara de que para ganar el partido el balón no es el único aliado. Con el juego del equipo de Álvaro Cervera, su inmejorable racha y sus grandes cifras como local, el Real Valladolid debe buscar transiciones rápidas. El Pucela quiere ser, y así lo ha trabajado, un equipo profundo y muy vertical. Debe ser camaleónico en el avance de la temporada y, ahora, para cerrar la primera vuelta, el objetivo no es ser tanto dominador como sí incisivo. Quizás pocos acercamientos pero sí muy decisivos.

Mismos protagonistas

Para este duelo, teniendo claro las premisas de velocidad de juego y contragolpe, Paco Herrera ha mostrado su idea con la convocatoria. Sea un planteamiento u otro, los jugadores son los mismos. Para una propuesta como la que ha dejado clara durante la semana, el perfil de futbolistas como Ibán Salvador o Dejan Drazic es vital y son dos de los descartes del equipo en la citación de 18 jugadores. Así, queda claro que la base es lo principal para Herrera y aunque, en esta ocasión los detalles de su propuesta sean de contragolpe, los protagonistas que los firman son los mismos que los que potencian el juego exterior o el dominio total. Nada cambia en la firma.