El maleficio de Becerra

La temporada de Isaac Becerra no está siendo fácil. El portero titular del Real Valladolid no está encontrado la estabilidad ni el rendimiento que se esperaba de él. No ha dado con él en toda la temporada, pero mucho menos desde el pasado 13 de enero. La visita blanquivioleta al Estadio Ramón de Carranza de Cádiz cambió la situación del futbolista. Tras aquella lesión que le hizo ausentarse de dos partidos, el ex del Girona FC perdió la titularidad. Durante ocho consecutivos, Pau Torres defendió la meta pucelana. Hasta la dura derrota (0-4) ante el Levante UD, el '1' cumplió con creces su papel, pero tras la visita granota, Paco Herrera devolvió la titularidad a Isaac Becerra y desde entonces, el '13' vive un maleficio.

 

Siete duras jornadas

Desde su regreso al equipo en la victoria (1-2) ante la Agrupación Deportiva Alcorcón, Isaac Becerra ha disputado siete partidos. Jornadas para tres victorias, dos empates, una derrota y la humillante goleada (6-2) en Sevilla. Pese a los resultados tan dispares vividos por el equipo blanquivioleta desde aquella visita al Estadio de Santo Domingo el 19 de marzo, los siete duelos en cuestión tienen la unión de que en todos, el portero catalán ha encajado, como poco, un gol. Siempre ha visto perforada su portería.
Si hasta el paso por Cádiz acumulaba diez jornadas, de 21 disputados, sin encajar, desde su regreso, los números son terroríficos. Si en los primeros 21 partidos como portero blanquivioleta había disputado 1.880 minutos, tiempo en el que había recibido 18 goles o, lo que es lo mismo, había promediado un tanto cada 104 minutos, desde su regreso a la portería ha encajado 13 goles en siete partidos. En apenas 630 minutos. La media de un gol cada 48 minutos deja el regreso de Isaac Becerra en duda, como queda la situación defensiva de un equipo que ha perdido su estabilidad defensiva, el sustento en los primeros meses de competición.
Paco Herrera mencionaba el pasado jueves, en la previa al duelo ante el Club Deportivo Numancia, la teoría de la manta como una de las causas de esta fragilidad defensiva, aquélla que multiplican los números de Isaac Becerra tras la recuperación de su lesión de rodilla en Cádiz.