Un mundo para el filial

El Real Valladolid Promesas no termina de arrancar. El equipo de Miguel Rivera se está dejando muchos puntos en encuentros directos por al salvación. Si bien es cierto que el empate (1-1) ante el Club de Fútbol Fuenlabrada elevaba el optimismo en el seno del filial blanquivioleta, la reciente derrota (2-1) ante el Club Deportivo Guijuelo ha descendido esa ilusión. El realismo se vuelve a apoderar de los Anexos. Lo ha hecho porque no es la primera ver que los jóvenes jugadores pucelanos pierden una gran oportunidad ante un rival del mismo objetivo. Hace pocas, semanas, por ejemplo, caían (2-1) en su visita a Talavera de la Reina.

 
Con sólo una victoria, la firmada (1-0) ante el Centro Cultural y Deportivo Cerceda en la novena jornada, el Real Valladolid Promesas está en una situación delicada. Vive a un mundo de su objetivo que es la salvación. Actualmente y tras 14 partidos disputados, los blanquivioleta se encuentran a casi la misma distancia de la zona de salvación que puntos lleva sumados.
Con sólo ocho puntos, la salvación está, actualmente, en 15. El Club Deportivo Guijuelo, último rival, es el primer equipo fuera de la zona de peligro. Pese a estos malos datos, el Real Valladolid Promesas no es el peor equipo de Segunda división B ni, tampoco, el peor colista. El Real Zaragoza B, el Peña Sport y Las Palmas Atlético son conjuntos con peor puntuación que los blanquivioleta.

Una odiosa comparación

Si las comparaciones son odiosas, hacerlas en un equipo de formación como un filial, más. Pese a ello, la memoria pucelana obliga a mirar al Real Valladolid Promesas de la pasada temporada. Si el actual firma ocho puntos, el de Rubén Albés sumaba 22. Gracias a seis victorias y cuatro empates, el filial vallisoletano era séptimo hace un año. Una situación radicalmente opuesta a la actual. Un equipo, a su vez, totalmente diferente.