Rivera sabe el problema

El Real Valladolid Promesas está mal. Es colista en el grupo I de Segunda división B y se encuentra a siete puntos de la zona de salvación. Vive a casi la misma distancia de la zona a la que quiere llegar que puntos suma en 14 partidos. Con sólo una victoria en toda la temporada, con un cambio de entrenador y con solamente dos puntos de los últimos 15 posibles, la situación blanquivioleta no es nada agradable. El equipo no deja un solo ápice de ilusión, y menos tras la rueda de prensa de Miguel Rivera tras la derrota (2-1) ante el Club Deportivo Guijuelo este pasado domingo.

 
Para el entrenador blanquivioleta, un preparador con experiencia en equipo filiales y con el peso de más de 450 partidos en Segunda división B, la situación parece clara. El malagueño sabe cuál es el problema. Ahora toca intentar solucionarlo aunque no será fácil porque no es solamente un error futbolístico. Es un problema de edad, de concepto y de confección de la plantilla. Tras la última derrota, y en una comparecencia muy elocuente en el Estadio Municipal de Guijuelo, Rivera aseguraba con rotundidad que "tenemos que mejorar porque esto es fútbol y lo nuestro es fútbol de infantiles". "Es lastimoso pero es verdad", afirmaba un entrenador roto en unas declaraciones para analizar y debatir.

Duras palabras

La crítica del entrenador llegaba porque, globalmente, "estamos en una situación delicada" y porque el equipo demuestra que "somos demasiado blandos para lo que es la categoría. En los balones divididos, en los aéreos, en no saber cerrar...". La situación es complicada y Rivera empieza a cuestionarse todo. El míster vive el peor momento que puede tener un entrenador. Dudar de todo y de él mismo. "Empiezo muchas veces a preguntarme qué más le tengo que recordar y cómo lo tengo que trabajar porque lo hemos hablando, se lo hemos explicado a todo el mundo", decía.
El dolor llegaba, también, por el segundo tanto del Club Deportivo Guijuelo. "Hablamos, llegamos al descanso y tratamos de meternos en el partido y conseguimos un gol en una estrategia" pero "volvemos a cometer otro error infantil". Asegurando que "estoy harto de explicarlo" lo que le lleva a entender que "el equivocado soy yo", Rivera afirma que así "es imposible".
La situación del Promesas es insostenible porque "tengo muchísimos problemas". "No puedo justificar nada", decía. "Somos nosotros los que no terminamos de entender lo que es este fútbol, esta categoría y lo que necesitamos. Como no lo terminamos de entender somos excesivamente fácil para los contrarios". El fútbol profesional de Segunda división B se está topando con un Real Valladolid Promesas "de infantiles". Ése es el problema. Miguel Rivera lo sabe. ¿La solución? Parece difícil, por ahora.