El Celta, desarbolado, sobrevive en el Ciutat de Valencia

El Celta se lleva tres puntos agónicos que le permiten seguir en la lucha por Europa. Las sensaciones fueron malas, los de Unzué fueron arrollados por la locomotora levantinista, un tren sin maquinista o sin un definidor. Las paradas de Rubén y las ocasiones falladas permitieron al Celta sobrevivir el infierno del Ciutat de Valencia.

 
La mala situación liguera exigía un esfuerzo, por ello Unzué apostó por un once con menos rotaciones de las esperadas. El descanso ofrecido a Aspas, Daniel Wass y Pione Sisto en el Camp Nou permitió al técnico alinear un once donde las caras nuevas eran Rubén Blanco, la pareja de centrales, Pablo Hernández y Maxi Gómez.
Sorprendía la ausencia de Fontàs en el banquillo, el catalán fue el sacrificado para dar entrada a Robert Mazan, la última incorporación celeste. Sin tiempo para asimilar la entrada al choque Boateng tuvo la primera ocasión tras un saque de esquina. El atacante granota cabeceó desde el área grande el centro de Morales para colocar el esférico en la escuadra de un Rubén que tuvo que hacer gala de sus reflejos bajo palos.
Reaccionaron los celestes y empezaron a controlar la posesión del balón mientras los de Muñiz trataban, con pases largos, coger la espalda de la zaga viguesa como sucedió en el minuto 10 con la entrada de Morales por la banda diestra defendida por Hugo Mallo.

Ritmo infernal del Levante

El alto ritmo propuesto por los locales no beneficiaba al Celta, las idas y venidas de las bandas granotas obligaban a Mallo y Jonny a guardar su posición lo que provocaba falta de profundidad y que los de Unzué sólo se sintiesen cómodos cuando gozaban de la posesión del esférico.
La presión granota acogotaba la salida de balón celeste hasta el punto de ver a un Rubén exigido por los comprometidos pases recibidos de sus centrales, nada funcionaba en un equipo que apenas había pasado en la primera media hora del choque la línea medular.

Primera combinación, primer gol

Sufría el Celta, el Levante imponía su alto ritmo físico pero como había analizado Unzué le faltaba gol, el gol que sí tiene el Celta. En la primera ocasión, en una contra lanzada por Aspas, Pione Sisto batía a Oier con un disparo raso al segundo palo. El tanto celeste no cambió el guión del partido, el Levante buscaba imponer un alto ritmo y el Celta una contra con la que matar el encuentro.
Regresaba con ganas el Levante tras el paso por vestuarios, siempre por bandas buscaban el empate. Doukouré se quedó a escasos centímetros de conectar un centro desde el costado derecho al que no llegaron los centrales celestes. Hugo Mallo mostraba su enfado por la incapacidad de sus compañeros de pausar el partido.

Dos más para el Levante

Rubén, en un estado de forma brutal, volvió a salvar el tanto levantinista en el 57. El mosense, batido, sacó un pie milagroso para detener el disparo, a bocajarro, de Boateng. No cejaba el cuadro de Muñiz, con un despliegue físico notable.
Morales perdonaba otra oportunidad de gol en el 67, el extremo se plantó sólo ante Rubén pero su disparo se marchó pegado al palo corto. Sufría el Celta y Unzué reaccionaba en el banquillo y daba entrada a Radoja. El acoso a la meta celeste proseguía, Boateng en el 76 cabecea fuera otro centro de Ivi.
Brais Méndez sustituía a Pione Sisto para reforzar una medular rota por la exigencia física impuesta por el Levante y que se encontró desbordada todo el encuentro. De nuevo Boateng falló ante Rubén en un tramo final frenético y lleno de nervios para un Celta desarbolado.

Final agónico

La tuvo el Levante en el descuento, pero el esférico caprichoso acabó impactando el palo tras otra parada sobresaliente de Rubén, el mejor celeste sobre el Ciutat de Valencia. Falló Coke en el 92, sólo, mandó la pelota a las nubes. El balance era claro, 12 tiros granotas por 2 del Celta. 
Sobrevivió el Celta, por las paradas de Rubén y la falta de acierto de un Levante que mostró todas sus carencias de cara a gol. La lectura no puede ser buena, pero en el Ciutat de Valencia se vivió un pequeño milagro que permite a los de Unzué acabar la primera vuelta con 25 puntos.

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