La lesión de Maxi trastoca todo el ataque celeste
Las lesiones nunca llegan en un buen momento, pero sin duda, la lesión de Maxi Gómez llega en uno de los peores. El Celta, inmerso en una crisis de juego y resultados, y buscando su identidad y estilo de juego se había apoyado en la fortaleza del uruguayo para colgar balones que el bajase o prolongase en la frontal o la línea de tres cuartos. Sin esta arma, Mohamed deberá replantearse prácticamente todo contra el Deportivo Alavés.
La ausencia de Maxi Gómez, con un esguince en la rodilla izquierda pendiente de ser evaluado por los servicios médicos del Celta, provocará un cambio de sistema y estilo a no ser que Antonio Mohamed apueste por suplir al ariete charrúa con el hispano alemán Dennis Eckert.
El delantero del filial, salvando todas las distancias, podría ejercer un rol similar a Maxi Gómez peleando con los centrales y buscando liberar a Iago Aspas. En el esquema de Antonio Mohamed, que ha ido variando cada jornada, Maxi Gómez era el único jugador de campo del Celta que había jugado todos los minutos en liga, competición a la que también llegó muy justo tras haberse lesionado en el Mundial de Rusia con Uruguay.
El Celta se queda sin sus cuatro goles y cuatro asistencias sobre el campo, pero sobretodo sin su presencia imponente en la punta del ataque, sin su trabajo, sus caídas a banda para liberar al resto de sus compañeros y con su facilidad para hacer daño a balón parado.
Sin ese recurso Mohamed deberá repensar el ataque celeste dándole protagonismo al balón en corto, a las incursiones por banda y olvidándose del balón en largo a no ser que busque la espalda de los centrales vitorianos con la velocidad y calidad de Aspas.