Lobotka, el talento eslovaco que se sigue asentando en el Celta
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Cada partido que pasa, cada minuto que juega, las sensaciones que arroja el juego de Stanislav Lobotka son positivas. El mediocentro eslovaco, al que Unzué sitúa como volante se encuentra cómodo en el despliegue táctico del Celta y asume, en cada encuentro, mayor protagonismo. Lobotka está refutando con su fútbol las características que le hicieron recalar en Vigo.
Pequeño de estatura pero con un físico poderoso, el eslovaco no le teme al cuerpo a cuerpo, bregado en la posición de pivote, no rehuye el choque. Un robo suyo anticipó el que pudo ser el primer tanto del Celta ante el Udinese con un centro envenenado de Iago Aspas antes del cuarto de hora.
Lobotka se sitúa como volante derecho, una posición que le permite, al igual que hace Daniel Wass, conducir la pelota hacia la meta rival. Cuando ve que continuar con el balón en los pies es un peligro para la posesión busca un compañero con el que combinar, no se complica en su juego, sencillo y práctico, con la cabeza en alto para observar lo que sucede a su alrededor.
Su físico privilegiado le permite ocupar una importante parcela en mediocampo, cubre muchos metros cuadrados, a semejanza de la labor que realizaba Augusto Fernández con Luis Enrique. Posee la calidad técnica necesaria para jugar al primer toque sin error. Ha sido el último en llegar, pero su proceso de adaptación es de récord, competirá en igualdad de condiciones con Jozabed y Pablo Hernández por un puesto en el once, con sus minutos en el césped se lo ha ganado.