La espera merece la pena
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Lo bueno se hace esperar y la espera, siempre, merece la pena. Al menos eso dice el refranero español y es lo que Iago Aspas, jugador del Celta, se ha aplicado en sus últimos días. Su primer gol oficial se resiste, un dato que no preocupa en demasía en A Madroa, ya que el punta nunca fue un 'goleador tempranero'.
Sin ir más lejos, el gallego necesitó hasta cinco jornadas la pasada temporada para anotar su primer tanto oficial. Fue ante el Sporting (2-1) cuando en el minuto 87 y desde el punto de penalti, Aspas sumaría el primero de los 26 goles que anotó la última campaña. Costó arrancar pero una vez que lo hizo, su 'moto' no se detuvo hasta llevar al equipo a dos semifinales en Copa del Rey y Europa League. Mereció la pena esperar.
Un dato que se repite
Sin embargo, él está acostumbrado. Hace dos temporadas, en su vuelta a Balaídos, comenzó el retorno con un gol ante Osasuna en la primera jornada pero tras dicho tanto, tuvo cuatro jornadas en blanco. La goleada al FC Barcelona en la quinta jornada le permitió volver a engancharse con dos goles a la racha. A final de temporada sumaría hasta 18 goles en su casillero.
Diferente fue la situación en Sevilla. Sin apenas oportunidades ante la supremacía de Kevin Gameiro y Carlos Bacca, el punta de Moaña consiguió su primer tanto oficial en la Europa League. Con el mes de octubre recién iniciado, su gol ante el Rijeka se sumaría a los otro 9 goles que conseguiría en un año muy complicado.
Obviando su año en Inglaterra, pésimo en sensaciones y cifras, su última temporada en Vigo antes de marchar le llevó hasta la tercera jornada, ante Osasuna, para anotar el que sería su primer gol de los 12 conseguidos.
Nunca fue fácil esperar el primer gol oficial de Iago Aspas, sin embargo, siempre mereció la pena esperarlo.