Demasiado sufrimiento para tanto bagaje ofensivo

El Celta ganó, misión cumplida, rozó la perfección durante casi todo el choque y fue mejor que el Leganés. Pero sufrió, se amedrentó en el tramo final en el que pudo repetirse una historia conocida en las gradas de Balaídos. Pudo empatar el Leganés, pudo golear el Celta, al final el tanto de Aspas de penalti fue suficiente para seguir soñando con pelear las plazas europas.

Superior y solvente, esa es la sensación que por fin ha dado el Celta en Balaídos, al menos durante 60 minutos. Con un juego tranquilo, pausado, buscando los espacios que dejaba el entramado defensivo del Leganés los de Unzué se fueron haciendo con el control del juego, de la posesión y de las ocasiones.
El encuentro comenzó carente de ritmo, el Celta jugaba, se pasaba el esférico, sobre todo en la parcela defensiva esperando las incursiones de un Aspas muy activo. Tuvo la primera en el minuto 7, justo después de que Balaídos entonase el 'Toto Berizzo', tras zafarse de Múñoz su disparo salió desviado.
Los vigueses seguían teniendo la pelota pero Guerrero, tras un pase de Amrabat creaba la primera, por no decir la única, ocasión del Leganés en la primera mitad. De nuevo Aspas dio la réplica por parte del Celta, un disparo potente que obligó a Cuellar a realizar una estirada.

Aspas, infalible desde los 11 metros

Antes de que Morán cometiese un penalti sobre Jonny, un centro de Amrabat pudo costar más de un infarto en la grada de Balaídos, pero en la siguiente acción Morán agarró a Jonny y Hernández Hernández no lo dudó, señaló el punto de los once metros. Aspas, que lleva once de once en Primera, engaño a Cuellar para adelantar al Celta en el 26.
Adelantó líneas el Leganés y Gumbau probó, desde muy lejos, los reflejos de Rubén, el de Mos respondió al disparo del mediocampista pepinero. Pero el Celta reaccionó y hasta el descanso fue amo y señor del encuentro. Fontàs y Maxi de cabeza y Aspas en dos ocasiones pudieron marcar el segundo, pero la falta de acierto impidió que los de Unzué se fuesen con un mejor, y merecido, resultado a los vestuarios.

Más ocasiones marradas

El Celta regresó al campo con ganas de sentenciar, se sentía superior a los de Garitano, y tuvo, como sucedió ante el Sevilla, ocasiones muy claras para lograrlo. Pione Sisto, a cinco metros de Cuellar, la mandó por encima del larguero tras una asistencia, de cuchara, de Aspas.
En el 52 fue Mallo, tras una gran carrera por banda derecha el que remató desviado, la mala puntería lastraba a un Celta mejor en todas las facetas del juego. La mala suerte se volvía a cebar con el Leganés que perdía a su segundo jugador por lesión.
El acoso a la meta de Cuellar no cesaba, Aspas en una carrera de 20 metros acabó por fallar en su último control cuando estaba delante del meta madrileño, perdonaba el Celta una y otra vez. El Leganés, tímido, buscaba el empate con balones parados, sabiendo que los celestes sufren por alto.

Un paso al frente

Tantas ocasiones falladas por el Celta dieron esperanzas a un Leganés que a partir del minuto 65 fue adelantando metros y acercándose, sin mucho peligro a la meta de Rubén. El Celta se dio cuenta de la mayor intensidad de los madrileños y forzó su maquinaria.
Jonny, en una jugada primorosa, con taconazo de Wass incluido, acabó por los suelos reclamando un penalti. Unzué redobló la apuesta dando entrada a Emre Mor por un desacertado Pione Sisto. Minutos antes había entrado Guidetti por Maxi Gómez.
Szymanowski pudo igualar la contienda, que entraba en una fase frenética ante la incapacidad del Celta de cerrar el encuentro. Replicó Emre Mor con una internada y centro desde el costado zurdo cabeceado mansamente por Aspas en el minuto 79.

Perdonan Guidetti y Guerrero

Jonny, que realizó su mejor encuentro en meses, habilitó con una cuchara a Wass, el danés dentro del área realizó un control de talla mundial para asistir a Guidetti. El sueco, que no remató de primeras, buscó espacio por el centro para estrellar la pelota en el pecho de Cuellar, otro error del Celta, otra ocasión perdonada.
Tuvo más el Celta, gracias a rápidas transiciones entre Wass y Aspas, y de nuevo Guidetti, de cabeza, no pudo marcar el segundo. Guerrero, que se resbaló antes de rematar a escasos dos metros de Rubén, perdonó al Celta. Empate de errores en un encuentro que, por meritos celestes, debería de estar cerrado.
Y es que este Celta, por bien que lo haga, se ha abonado al sufrimiento, porque el Leganés apretó y tuvo opciones hasta en el descuento. Se ganó que era lo más importante, pero se volvió a sufrir de manera absurda ante un conjunto, el pepinero, que llevó el miedo a las gradas de Balaídos, un sentimiento al que la afición viguesa se está teniendo que abonar.