Los socios, esa parte insignificante en el gran negocio del fútbol
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El socio, el abonado, el aficionado al fútbol, al equipo de su barrio, de su ciudad, se ha convertido en una mera comparsa en el actual mundo del fútbol. Los clubes hablan de amor y cariño para los suyos, palabras huecas que casi nunca se corresponden con los hechos. La justificación se ve en las cuentas del Celta, como en la de cualquier otro equipo, aquí no hay diferencias.
La pasada campaña los socios del Celta se llevaban las manos a la cabeza ante la subida de los abonos, especialmente los de la antigua y desaparecida Preferencia. Pues bien tras esa subida, tras otros desplantes que tuvieron que soportar los socios, el Celta ha logrado recaudar 4,8 millones de euros, una cantidad menor en su presupuesto, como menor fueron los beneficios que supuso el aumento de los abonos, sobre todo si se compara con la indignación que provocó esta subida entre los socios.
El Celta estima que este curso, con un presupuesto de 67 millones de euros, los ingresos por abonados sean de 4 millones. Los ingresos por derechos audivisuales son de 47,6, ahí está la razón del abandono al socio, al que va cada partido al estadio. Los clubes viven de las teles, pagan con las teles y fichan con las teles.
El fútbol se ha convertido en un deporte para ver en el sofá, no importa que 8.000 socios se queden sin ver el partido en la localidad que han pagado, se les devuelve ese dinero y el partido se emite por la tele, con las gradas vacías, no importa.
Lo que importa, como reconoció Carlos Mouriño, es salvaguardar los intereses firmados con las operadoras de televisión. El socio, el aficionado a pie se ha convertido en una mera comparsa, en un mal necesario para los equipos. El partido ante el Atlético no se pudo suspender porque los contratos con las operadoras obligan, que la mitad de tus socios se quede en casa es un mal menor.
El fútbol sin aficionados no puede vivir, es un mantra repetido hasta la saciedad, repetido por unos aficionados que cada vez se sienten menos protegidos por sus equipos. Entre defender a sus socios o a las televisiones, los clubes y LaLiga Santander, lo tienen claro, la respuesta es sencilla, simplemente hay que detenerse en los presupuestos de los equipos.