Reencuentro con Munuera 'Al Capone' Montero

Otro partido con Munuera Montero, el sexto en la historia del Celta y para no variar la tendencia, la sexta derrota. El árbitro jienense se ha convertido en la peor pesadilla de los jugadores vigueses. Nadie se olvida de lo que hizo con Hugo Mallo la pasada campaña. En Mestalla el colegiado andaluz volvió protagonizar un arbitraje lamentable.

 
Ni una de todas las decisiones trascendentales del partido cayó del lado celeste. El show de 'Al Capone' Montero comenzó muy pronto, Jonny era derribado en el área con una clara zancadilla por detrás y el árbitro dejaba seguir la jugada ante la mirada estupefacta del lateral vigués. 
El Valencia sólo era capaz de parar al Celta a base de continuas y reiteradas faltas, pero el primer aviso de amonestación recayó en Jonny, está fue la única infracción de los de Unzué en toda la primera mitad. El doble rasero del colegiado era tan claro como escandaloso. 
Al comienzo de la segunda mitad, Munuera Montero volvió a olvidarse de señalar penalti en el área valencianista. Aspas había logrado el empate en el primer minuto y cinco minutos después Lobotka era derribado por detrás. El defensor valencianista toca la pelota pero antes impacta en el pierna del eslovaco.
Zaza, que había visto la primera cartulina amarilla por protestar, debió ver la segunda tras entrar, con los tacos por delante, al 'Tucu' Hernández que tras la entrada acabó incluso derribando a Cabral. Pero Munuera Montero, de nuevo, decidió a favor de un Valencia que se encontraba perdido y desesperado sobre el campo ante el absoluto dominio celeste. 

De topo a halcón

Si las faltas en el área valencianista nunca se cobraban como penalti, en la celeste la mirada de topo de Munuera Montero se transformaban en la perfecta de un halcón. Sólo así es posible entender que el toque, estúpido por otra parte, del 'Tucu' a Nacho Gil acabase en el punto de penalti. 
En los minutos finales, en un saque de esquina celeste Maxi Gómez salió disparado por el empujón de un rival, algo complicado para un delantero tan alto y pesado como el uruguayo, pero esa jugada tampoco la vio Munuera Montero. Aspas desesperado, acabó viendo la cartulina amarilla mientras reclamaba un penalti de Gabriel Paulista sobre él, en la única decisión en la que el andaluz acertó.
El balance es desolador para el Celta, cuatro cartulinas amarillas para un equipo que apenas dio patadas por las dos de un Valencia mucho más expeditivo. Tres penaltis no señalados y una expulsión perdonada a Zaza.
La historia se repite con Munuera Montero, un árbitro que en Vigo ha alcanzado la categoría de 'ganster'. Haría bien el club en protestar ante los estamentos federativos para evitar que este colegiado vuelva a impartir su particular justicia con el Celta.