Una generación perdida
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En mayo de 2013, el Celta juvenil División de Honor perdía la final de la Copa de Campeones ante el Sevilla en Balaídos. Tres años después, ya solo quedan en el club vigués tres futbolistas de aquella generación que tanta ilusión despertó entre la afición.
Los supervivientes son David Costas, Borja Fernández y Samu. Solo el primero pertenece al primer equipo, mientras que los otros dos han tenido algunos minutos con Eduardo Berizzo. Quitando la excepción de Santi Mina, son muchos los juveniles de aquella plantilla que han abandonado el cuadro celeste sin apenas oportunidades. La apuesta por la cantera sigue siendo una expresión más que una realidad.