A Gaby no se lo inventó un periodista

En ElDesmarque nos hemos abrazado y mucho con Gaby Milito (el clásico aragonés es muy del abrazo) en esta visita no tan sorpresa que el argentino ha hecho a Zaragoza. Que Gaby es un futurible entrenador del Real Zaragoza es algo tan real como que ha sido el último gran central que ha vestido la camiseta de nuestro club, con permiso, más por historia que por lo que aquí pudo dar, de Roberto Fabián Ayala.

 
No sé nada del Milito entrenador. No vi ni un partido de su etapa en Estudiantes de la Plata. Desconozco si es un técnico ofensivo, defensivo, si le gusta jugar con trivote o si antes pone tres delanteros que tres defensas que no sepan sacar la pelota nada más que a gorrazos.
Pero sí sé algo de Gaby Milito persona, deportista. De su carácter ganador, de su locura por el fútbol, de su sencillez y pasión a la hora de valorar todos los aspectos del juego. Y también sé, por supuesto, de su cariño a la ciudad y al equipo. Gaby es zaragocista desde el día que Pedro Herrera le envió una camiseta del león, cual carta de amor, cuando jugaba en Independiente y le pretendía el Madrid antes de hacer la mejor jugada del cojo de la historia para el Zaragoza. Gaby se sacó la matrícula de honor todos los días y más aquella noche de Montjuic.
No, que Gaby Milito pueda ser entrenador del Zaragoza no fue la invención de un periodista. Fue la realidad de un deseo al que sólo le falta un papel para cumplirse. Un papel y el momento adecuado. Ojalá que sea pronto.