¡Viva la Virgen del Pilar!

La noche antes de la final de Montjuic toqué la puerta de la habitación de Carlos Cuartero. Yo era periodista de EQUIPO. Llevaba una pequeña Virgen del Pilar que nadie sabe cómo apareció en el funeral de mi madre. Me la llevé a Barcelona metida en la bolsa del ordenador. Toc, toc. Charly, quiero hacerte una foto en la cama como si soñaras con ella. Esa foto nunca se publicó, pero la tiene Jaime Galindo.

 
Cuando Carlos levantó al cielo la Copa del 2004 y gritó con todas sus fuerzas "Viva la Virgen del Pilar" yo era incapaz de escribir la crónica que tenía que mandar al periódico. Solo podía llorar. La escribí. Creo que titulé "Un Huesazo galáctico". Luego me fui a Luz de Gas y solo recuerdo los pantalones amarillos que llevaba Movilla. De Cuartero no puse nada. Reparé en él varios días después viendo una foto en la que apretaba los puños en la prórroga.
Carlos Cuartero levantó esa copa al cielo. Yo no sé, de verdad, si ahora merece ser director general. No sé, de verdad, si se merece eso ni tampoco las críticas bestiales que ha ocasionado su nombramiento. Qué es peor, la ignorancia o la indiferencia? Ni lo sé ni me importa.
Sólo sé que la foto que guarda Jaime Galindo era la de un capitán abrazado a la Virgen. Sólo sé que Carlos lleva al Zaragoza en el corazón. Y con eso me vale. A estas alturas de mi vida, hablar bien o mal de un amigo es lo de menos. No lo necesita. Eso es tan obvio como el zaragocismo de Carlos. Aunque hay quien no lo quiera ver.