Idiakez y su fútbol sospechoso
Mal camino ha elegido Imanol Idiakez para abrirse camino en el mundo del fútbol. Las primeras críticas afloran en el entorno. Su propuesta goza en la misma proporción de la admiración de los que aman el fútbol control que de la amenaza de los que prefieren el fútbol directo. Este deporte también tiene contexto y parecía que Zaragoza era el idóneo para acoger la idea del atrevido técnico vasco.
Pero nada más lejos de la realidad. El fútbol de dominio y de jerarquía está más expuesto a la crítica ya sea en Zaragoza, en Cuenca o en Kuala Lumpur. Hay quien presume de que por estos lares han pasado equipos que han basado sus éxitos en el fútbol de ataque, en el buen trato al balón etc.. Pero lo cierto es que en su tiempo han llovido críticas a Los Magníficos, al equipo de Leo Beenhakker e incluso a la generación de la Recopa.
Aquí, por estos lares, han tenido mucho más crédito las ideas rácanas de entrenadores que han apostado por defenderse como gato panza arriba en campo propio y por el 'patapún parriba' como único argumento ofensivo. Por eso no es de extrañar que el crédito de Idiakez haya sido mínimo y que las escopetas de gatillo fácil ya hayan comenzado a disparar contra él.
Nadie va a valorar lo suficiente grandes momentos de fútbol en La Romareda como la primera parte ante Las Palmas o ante el Deportivo. Momentos de diversión que hacía muchos años que no se vivían. Ese partido en Oviedo con el Zaragoza sometiendo a su rival a base de tener la pelota en su campo y crear una ocasión de gol tras otra.
No voy a negar la evidencia de que el equipo también ha estado mal como el día del Lugo, por ejemplo. Pero esos bajones están siendo castigados desde los amantes del otro fútbol. Amantes de entrenadores que llegaron a decir aquí: "El que quiera ver espectáculo que se vaya al circo", u otros que fueron propuestos para ser pregoneros de las Fiestas del Pilar.