A tiempo de todo

En menos de un mes, el Real Zaragoza ha vivido dos golpes de timón con la idea de recuperar la senda del ascenso. Primero, en la recta final del 2015, con un cambio total en la estructura técnica del club y, después, en las últimos días de enero, con una revolución en la plantilla aprovechando el mercado de invierno.

El adiós de Popovic y Martín González supuso un giro de 180 grados, una decisión lógica teniendo en cuenta la decadente trayectoria del equipo. La apuesta por Narciso Juliá cayó bien en el entorno del conjunto aragonés, volvía a La Romareda uno de los nuestros, un profesional de reconocida valía y ADN zaragocista. Pero ya sabemos que a orillas del Ebro somos de extremos. La valoración de `Juli´, que se ha cansado de repetir que él ha venido para un proyecto a medio plazo, pasa por el ascenso al final de temporada. No hay tiempo, hay urgencia. La ciudad no puede permitirse una cuarta temporada en Segunda, la desazón zaragocista no admite más prórrogas. Por no hablar de la situación económica de la entidad, tan tocada que la Primera División se quiere casi tanto en la cartera como en el maltrecho corazón de la afición.
Por eso, porque todavía quedan muchos partidos, muchos puntos, por disputar, el `nuevo´ Real Zaragoza está a tiempo de todo. Lluís Carreras ya tiene el fondo de armario que pidió para su plantilla y, además, ya acumula más de un mes al frente del equipo, tiempo suficiente para que se note el sello del técnico y, sobre todo, para que en la parte más dura del calendario el equipo pegue un golpe en la mesa y vuelva a la zona noble de la clasificación. Quizás mi opinión/deseo peque de optimismo, pero me niego a prolongar esta agonía. No vale vivir de recuerdos, la Recopa no mete goles en Segunda, pero somos el Real Zaragoza y estamos A TIEMPO DE TODO.