Se nos va un hombre bueno, un señor en mayúsculas
Era Armando Borraz una de esas personas que siempre tiene una sonrisa en el rostro, una buena palabra en su conversación, un gesto amable y cariñoso en su comportamiento. Por eso, hoy el deporte aragonés, especialmente el oscense, siente y lamenta el golpe de su pérdida. Se nos marcha un hombre bueno, uno de esos tipos que merece la pena cruzarte en el camino.
Basta con ver la sentida reacción de las redes sociales al conocerse que un maldito infarto acabó ayer con su vida. Desde el cielo, porque los hombres buenos, y él lo era, van al cielo, estoy seguro de que Armando sonríe y pregunta, ¿qué es eso de que soy TT en twitter? Es fácil, eso es que somos muchos los que te queremos y hoy te despedimos recordando nuestras vivencias.
Alcalde de su pueblo, de su querida Lanaja, Armando Borraz ha sido uno de esos políticos cuyo único objetivo es hacerle la vida más fácil a sus vecinos. Más allá de su compromiso socialista, su leitmotiv ha sido ser feliz y hacer felices a las personas que ha tenido cerca, que han sido muchas, sin importarle para nada sus colores políticos. Porque el color de Borraz siempre ha sido el azulgrana de la camiseta del Huesca, club del que presumió en Segunda como presidente, después de haberle demostrado su amor mucho antes por los campos de tierra de la Tercera aragonesa.
Nos vimos por última vez el día del derbi. Al acabar el partido, yo salía con prisa de El Alcoraz camino del set de AragónTV cuando me crucé con Armando, recuerdo sus palabras “nos habéis ganado justamente, Óscar, no hace falta que corras”, me dijo con sorna. Nos dimos un abrazo y quedamos en hablar por teléfono para juntarnos, como tantas otras veces, en Lanaja alrededor de un almuerzo o una comida. Era un perfecto anfitrión, y si no que se lo pregunten a decenas de jugadores o a los últimos entrenadores del Huesca, ¡qué a gusto se estaba en su casa!. Ya no podremos vernos en Lanaja, Armando, pero estarás muy presente en la próxima quedada que organice el míster Manolo Villanova. Hasta siempre, fenómeno.