El Zaragoza recupera solidez en Pucela

Milla afrontó el ultimátum que filtró la propia directiva con una revolución en el once inicial. La más llamativa –y esperada- fue la decisión de relevar a Irureta en la portería por Álvaro Ratón. Además, hizo doble lateral en la banda izquierda con José Enrique y Casado y prescindió de Lanzarote y Erik Morán. El equipo estuvo mucho más arropado en una clara apuesta por buscar cohesión en un grupo que parecía roto.

Aún con esta apuesta defensiva, el Valladolid sometió al Zaragoza a un asedio constante. Ya en el minuto 3, Balbi estrelló un balón en el palo con un gran disparo desde la frontal. Los de Milla no salían de su área. El equipo llegaba a defender mucho mejor en zonas alejadas, pero como el rival estaba siempre en zona peligrosa había continua sensación de riesgo. Ratón salió a cortar un balón a la frontal y se llevó por delante al rival, por lo que vio amarilla. El portero fue cogiendo cuajo conforme pasaban los minutos.
La defensa colectiva del Zaragoza era mejor, pero los de atrás ofrecen poca fiabilidad y se sufría mucho en los centros laterales. Los pucelanos tuvieron otra muy clara en la cabeza de Villar, pero Ratón se lució metiendo una mano abajo, que fue salvadora. El bagaje ofensivo del conjunto aragonés era nulo. La primera aparición fue un córner sin consecuencias. Sin embargo, Ángel pudo marcar en una buena arrancada que le habilitó Xumetra. El canario dribló bien a Becerra en su alocada salida, pero su remate fue cortado cuando iba a cruzar la línea de gol. Así se alcanzó el descanso.
La segunda parte comenzó más equilibrada y eso invitó a Luis Milla a meter toda la carne en el asador. Hubo tiempo para que Ratón hiciese otra parada de mérito y para que Ángel rematase un buen centro. No tardó nada el técnico en poner a Cani y a Lanzarote buscando un mayor control de la pelota y más peligro en las jugadas a balón parado. Villa era el rival más peligroso e insistió en probar las bisagras del portero debutante, que volvió a responder bien.
Con Cani y Lanzarote, el equipo combinó mejor. Bueno, lo justo es contar que antes no se habían hecho ese tipo de combinaciones. El equipo dio un paso adelante porque obligó al Valladolid a echarse atrás. Volvió la presión arriba y eso daba más opciones.
El partido giró en el minuto 75 por la expulsión de Casado. El jugador cayó en la provocación y soltó una patada que vio el árbitro. Eso mermó a un Zaragoza que había encontrado el camino hacia la portería rival. Quedaba aguantar el empate a cero con uno menos. Milla puso a Bagnack para los últimos diez minutos y sacrificó a Fran. El camerunés jugó de lateral. Herráiz también jugó esos minutos lesionado, por lo que se equilibraron las fuerzas y el partido se murió con algún susto, pero sin ocasiones claras. La mejor fue pucelana con un cabezazo que detuvo Ratón.

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