El Zaragoza es un coladero y naufraga en Cádiz

Agné volvió a apostar por Bagnack en el centro de la defensa y cubrió las bajas con Morán y Barrera, jugando con un solo punta. La idea era ganar en Cádiz para romper la mala racha que acumula el equipo aragonés lejos de La Romareda. Sin embargo, cualquier plan que pueda trazar el entrenador de turno está supeditada a la fiabilidad defensiva, un bien escaso por estos lares y que tampoco se presentó en el Carranza.

Los primeros minutos del encuentro fueron para los locales. El Zaragoza salió como esperando al rival y los andaluces recogieron el guante, llegando con peligro en sus primeras intervenciones. No hubo que esperar demasiado a la pifia habitual de los de Agné. Esta vez le tocó a Fran, que en una clara pugna con Álvaro perdió la ventaja, fue incapaz de hacerle falta -pese a intentarlo- y le dejó que pusiese un gran balón de gol a Salvi para que marcara el primer tanto del partido. Es una constante habitual, que pesa mucho y que lastra en exceso para el objetivo del ascenso. Hay algunos defensas más señalados, pero la nula fiabilidad es generalizada, tal y como se demuestra en los partidos.
Quiso reaccionar el equipo de Agné, pero no encontraba el camino. En esa incertidumbre, el Cádiz quiso aumentar su renta y Ortuño tuvo la oportunidad de hacerlo. Pero la ocasión más clara fue del Zaragoza. Cani dejó sentados a tres defensas y al portero con un par de recortes dentro del área, pero su disparo fue horrible y paso de héroe a villano en un solo segundo. 
Siguió achuchando el Cádiz, sin mucha continuidad, pero dejando claro que sabe que este Zaragoza no puede ni sabe defender. Las llegadas cadistas no surtieron el efecto deseado por la parroquia local, pero no perdían los nervios porque su rival no demostraba demasiadas soluciones para volverse a enganchar al partido.
La salida del descanso siempre suele servir para reactivar a los equipos que van perdiendo, pero en el caso del conjunto aragonés solo supuso un jarro de agua fría. En la primera acción local de la segunda parte, llegó el segundo tanto. De nuevo, fallo defensivo, esta vez de los dos centrales (Bagnack y Cabrera) que permitieron a Abdullah rematar a placer y marcar un tanto lleno de dosis de tranquilidad para su equipo.
Agné no tardó en reaccionar. Quitó del campo a Barrera, que estuvo muy perdido en banda y dio entrada a Juan Muñoz para que se asociara con Ángel en la punta de ataque. Pero el equipo no estaba fino. La línea de creación no estuvo afortunada en todo el partido y así es muy difícil que haya conexión en las jugadas más ofensivas. Pasó el primer cuarto de hora sin contabilizar ninguna acción destacable por parte del conjunto zaragocista. Un disparo cruzado de Juan Muñoz que se marchó fuera fue respondido a los pocos minutos por Ortuño con un cabezazo que detuvo Ratón.
El exdelantero del Real Zaragoza, que fue una pesadilla para la zaga, marcó el tercero gol, pero fue anulado por un dudoso fuera de juego. Agné se la jugó prescindiendo de Morán en el centro del campo y metiendo arriba a Xiscu, al que ya hizo debutar la pasada jornada. Pero nada de nada. Solo hubo tiempo para que Ortuño se tomase la revancha con los rectores zaragocistas que hace un año le echaron del club a pesar de ser el máximo goleador del equipo. Hizo un golazo que olía a revancha, pero sobre todo que sacaba los colores a un equipo que o se refuerza en defensa o tendrá problemas hasta para mantener la categoría.