El Zaragoza se da un festín para olvidar las penas

El Real Zaragoza ofreció una fiesta de goles a la sufrida afición de La Romareda a costa de un Numancia, que opuso poca resistencia en el duelo del Moncayo. Ángel fue un buen estilete, Lanzarote un gran asistente y Ros un jugador intenso y participativo. Fue un buen partido de todo el equipo y, al menos, se olvidan las penas que merodean al club blanquillo.

 
El partido tenía su presión. La mala racha del equipo y la derrota del pasado domingo ante el Nástic, habían cargado la mochila de piedras y eso se notaba en cada acción inicial en La Romareda. Nervios, imprecisiones… Las primeras llegadas fueron de Ángel, con el mismo sistema de los últimos partidos. El mejor ataque fue un pase de Ros al canario, que acabó en parada de Aitor. Pero luego ya hubo momentos de sufrimiento, un despiste de Zapater estuvo a punto de costar el primer disgusto y luego Saja tuvo que tirar de reflejos para detener un cabezazo a bocajarro de Manu del Moral.
La grada zaragocista comenzaba a impacientarse y los primeros pitos aparecían en el estadio. El equipo espabiló y recuperó el pulso del partido. Fruto de ese empuje, llegó el primer gol local. Lanzarote asistía de tacón para Ros y el tudelano la colaba por la escuadra. El tanto era oxígeno y el equipo lo recibió de manera vital. Sin apenas tiempo para la reacción soriana, llegaría el segundo gol. Xumetra es derribado dentro del área por Mateu y la pena máximo se convertía en el decimotercer gol de Ángel en esta campaña.
La tranquilidad se instauró en La Romareda, que no llegaba al descanso con ese respiro desde hace mucho tiempo. El equipo se limitó a tener la pelota para evitar los ataques del Numancia y los sorianos apenas merodearon los dominios de Saja hasta que se señalara el descanso.
La segunda parte se inició con un fútbol inteligente por parte del Real Zaragoza y poco intenso para los intereses sorianos. El equipo local tocaba y tocaba el balón en el centro del campo y aún logró combinar un buen ataque Lanzarote y Ángel, que pudo ser el segundo gol del canario. Parecía que con eso serviría para abrochar la victoria.
Los minutos transcurrían con tranquilidad para la parroquia blanquilla. El partido aún se puso más de cara en otra buena acción del ‘mago’ Lanzarote, que sirvió un saque de esquina a Marcelo Silva para que hiciera el tercero de cabeza. El mayor susto llegaría en una acción de Manu del Moral, que tuvo que salvar Cabrera.
Agné dio descanso a los jugadores más castigados por las molestias como son Xumetra y Lanzarote, pero no modificó el dibujo y el Numancia seguía sin llegar con claridad a pesar de los cambios más ofensivos que hizo Arrasate. Ros pidió el cambio y Valentín fue el sustituto. Así se acabo un partido tranquilo para el Real Zaragoza. Algo de agradecer con los tiempos que corren por la entidad blanquilla.