La plantilla se sitúa en la rampa de salida

El ridículo histórico de Palamós ha provocado que toda la plantilla del Real Zaragoza se sitúe en la rampa de salida. Por unos motivos o por otros, todos los jugadores del equipo aragonés tienen la puerta abierta para no continuar en la disciplina blanquilla. La dolorosa derrota y la no consecución del objetivo dejan muy tocados a los futbolistas y han perdido el poco crédito que tenían con la afición tras una campaña llena de sombras y siempre alejados del ascenso directo.

La primera premisa para que vayan saliendo jugadores es que el club necesita hacer caja. En este sentido, lamentablemente se sitúan pocos jugadores en el escaparate. Diego Rico y Leandro Cabrera son los únicos que han acabado con cierto prestigio en el mercado y su situación contractual permite al club soñar con sacar algún dinero con sus traspasos.
La segunda premisa es el nivel y el obligado cambio de fisonomía que debe tener la plantilla. En la portería, Bono acaba la cesión por parte del Atlético, Alcolea tiene una ficha altísima y Manu Herrera ha sido uno de los más señalados ante la Llagostera.
En defensa, Campins debe regresar a la disciplina del Barça, Rubén y Marc Bertrán acaban contrato y a Abraham hay que darle salida por su elevada ficha. Isaac es el único que queda con contrato en vigor. Con Guitián había voluntad de presentarle una oferta, pero fue otro de los mayores protagonistas en el desastre de ayer. Vallejo está en manos de la decisión del Real Madrid.
En el centro del campo, Dorca sale seguro, hay que revisar la continuidad de Erik Morán y Culio y ver si se le presenta una oferta a Ros. Los problemas con la continuidad de Sergio Gil son conocidos por todos y con Tarsi se deberá tomar una decisión
Los atacantes se encuentran en una situación similar. Pedro, Hinestroza y Diamanka deben salir por salario y porque no han cuajado. Lanzarote es el que más ha rendido, pero sus pretensiones le alejan de La Romareda. Ángel no ha rendido como se esperaba y Dongou ha sido muy irregular. Queda la opción de seguir para un Jorge Ortí, que apenas ha contado.