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El día en que Arbeloa se cruzó en el destino del Real Zaragoza

El día en que Arbeloa se cruzó en el destino del Real Zaragoza

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Dani Marzo (@Marzo_s)

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En la temporada 2004-05, el Real Madrid B se cruzó en el camino de un Real Zaragoza que buscaba el ascenso a Segunda División.

El destino se hace de pequeños detalles, de momentos en los que la moneda se detiene a decidir si cae de un lado o de otro y en el fútbol, básicamente, de que la pelota rebase o no la línea de gol. Este verano el Real Zaragoza parece decidido a devolverle la raíz aragonesa al club repescando jugadores que tuvieron que salir, los mismos, en muchos casos, que un día lucharon por ascender a Segunda División.
Porque el destino del club y de muchos de los jugadores que ahora suenan para volver, hubiera cambiado radicalmente de haber logrado el Real Zaragoza B, el ascenso a la categoría de plata. Corría la temporada 2004-05, el Real Zaragoza había conseguido el ascenso a Primera un par de años antes, a lo que además, había que sumar la consecución de la Copa del Rey frente al Real Madrid de 'los galácticos', lo que le permitía disputar competición europea. Víctor Muñoz se situaba al frente de un equipo en el que aparecían con asiduidad los nombres de jóvenes jugadores como Zapater, Generelo o Cani.
Dos categorías por debajo, el filial, Real Zaragoza B. Enclavado en el Grupo 3, el de los equipos catalanes y valencianos, donde compartía destino también con algún equipo navarro y con la SD Huesca. El equipo blanquillo estaba dirigido por un exzaragocista, de aquellos que formaron parte de la gloria en París, Jesús Solana, que recién se estrenaba en los banquillos. Fue una temporada dura, en la que el filial zaragocista sacó máximo partido a sus goles -46 anotados y 31 encajados-, logrando alcanzar los 61 puntos y con ello, la quinta plaza del grupo. Una posición que no debía otorgar el derecho a luchar por el ascenso, pero por delante, un Levante B, al que el descenso del primer equipo no le permitía buscar la Segunda.
Lo que el destino te da, el destino te quita. El sorteo quiso que al Real Zaragoza le tocara enfrentar al que posiblemente fuera el equipo más potente en el bombo, el Real Madrid B, que había liderado el Grupo 1 con total solvencia. Como ahora, La Romareda se engalanaba para recibir un partido importante del filial zaragocista. En aquella plantilla, nombres que ahora suenan con fuerza para volver, como los de Luso, Linares, Ripa o Chus Herrero, otros a los que sin duda se echa de menos como Lafita o Longás y arriba, dos delanteros con gol y que hicieron buena carrera como Piti y Toledo. Como local, el Real Zaragoza buscó no encajar y le cedió el dominio a un Real Madrid dirigido por López Caro y que contaba en sus filas con jugadores como Juanfran, Soldado, Jurado, Barral, De la Red o Borja Valero y en el que también estaba un discreto lateral izquierdo que después pisaría decenas de veces el césped de La Romareda, un tal Javier Paredes. El Real Zaragoza no quiso y el Real Madrid no pudo. Apenas un par de ocasiones para Soldado, que solventó sin excesiva dificultad Miguel, el por entonces meta zaragocista. La más clara, de hecho, la tuvieron los aragoneses. Una contra que cayó en los pies de Bugui, un juvenil que apenas había disputado 15 minutos en Liga antes del playoff y que no supo resolver un mano a mano con Codina.
En la vuelta, se esperaba encerrona. Veinte mil espectadores en el Bernabéu para un partido entre dos filiales que buscaban su momento de gloria. El Real Zaragoza salía bien, con un recuperado Longás marcando la pauta y queriendo el balón como no lo había hecho en La Romareda, aunque tan escaso de gol como entonces. El momento clave llegó en el minuto 29, un acercamiento aislado del Real Madrid B acaba en córner. Lo sirvió Trashorras, con el guante que todavía perdura en sus piernas y a la red de un cabezazo inapelable lo mandó Arbeloa. Precisamente Arbeloa, el salmantino criado en Zaragoza y que años antes había compartido vestuario con algunos de los que aquel día eran rivales. Lejos de buscar el empate, el Real Zaragoza se hundió tras el zarpazo del equipo blanco, que tomó la iniciativa del encuentro y pudo golear. Aunque al final, tan solo anotó un gol más, lo hizo Borja Valero, asistido por Soldado, a cinco minutos para el final.
Aún tuvo que superar una eliminatoria más el Real Madrid para alcanzar la Segunda División, lo hizo ante el Conquense, al que ganó, no sin dificultad, por un resultado global de 2-1. Lo hizo con una generación de futbolistas en las que se han visto campeones de Europa y del Mundo, cuyos nombres todavía resuenan en las alineaciones de Luis Aragonés y Vicente del Bosque -en la actualidad, solo queda Juanfran-.
Para los perdedores, la vida fue mucho más dura. Pocos consiguieron hacerse un hueco en la primera plantilla del Real Zaragoza, aunque hubo unos cuantos que consiguieron hacer carrera en el mundo del fútbol, encontrando, especialmente su lugar en Segunda. Una categoría en la que ahora, el Real Zaragoza, trata de enmendar al destino, un destino en el que se cruzó Arbeloa.

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