El Zaragoza marca las líneas de trabajo de su cantera

Formar personas y formar futbolistas. Es el empeño al que se entrega la Ciudad Deportiva, cuyas escuadras tomarán en unas semanas la estela del primer equipo para iniciar la puesta a punto de cara a la próxima temporada. La Dirección Deportiva ha entregado a Ramón Lozano, veterano y reconocido técnico del fútbol aragonés, la labor de Dirección de Cantera; codo a codo a su lado, como responsable del fútbol formativo, trabaja Ángel Espinosa.

 
“Sabiendo cuál es el objetivo final –señala Lozano-, que es llegar al primer equipo, se trata de establecer una hoja de ruta formativa, que nos permita cumplir con ese reto en el menor tiempo posible”. Y ese trazado, esa hoja de ruta metodológica se basa en “establecer etapas desde que el niño entra en la Ciudad Deportiva hasta que llega al Deportivo Aragón: y allí, los que destaquen podrán integrarse en el primer equipo”.
La Ciudad Deportiva, el escenario donde se forma a los valores zaragocistas, señala una filosofía, un concepto de vida. “En primer lugar, se trata de establecer una serie de normas comunes para que el futbolista sepa convivir con la sociedad y con el fútbol”; y en esa línea se le aportan valores como el respeto a todos los integrantes del fútbol, el autocontrol, la capacidad de trabajo y sacrificio, la resistencia ante las dificultades, el compañerismo, la competitividad…
Será desde esa base, desde la que se vayan fortaleciendo “los rasgos imprescindibles para ser un buen futbolista”. Que se completan con la labor estrictamente futbolística. En una primera etapa, se trabajan los fundamentos físico-técnico-tácticos individuales; más adelante, esa tarea se desarrolla en el conjunto, de forma colectiva; y finalmente, una vez integrados, se trata de optimizar el rendimiento ante la competición y garantizar la mejora de las debilidades individuales.
En esta labor resulta clave la figura del técnico: “Cada uno conoce las características de su etapa, para las que se busca un entrenador con un perfil adecuado: se busca que los entrenadores se adapten a los necesidades de los jugadores, y no al revés”.
Lozano destaca también la interrelación entre los primeros entrenadores de los distintos equipos: cada uno de ellos, durante unos meses, ejercerá como segundo en los entrenamientos de otro de los equipos. “Se trata de que nuestros mejores maestros pasen la mayor cantidad de tiempo enseñando y eso, además, enriquece también a nuestros técnicos porque les obliga a utilizar todos sus recursos”.   Brindar formación, garantizar información y tener un mayor conocimiento personal son las ventajas que ofrece esta puesta en común. Además, otra de las preocupaciones del Director de Cantera es la mejora en el trabajo de ojeador: a cada entrenador se le pide que vea un partido semanal de su misma categoría o una inferior el fin de semana, al margen de su equipo.   En conjunto, lo que solicita Ramón Lozano a quienes desempañen su labor en la Ciudad Deportiva es que logren que los equipos del fútbol base del Real Zaragoza “sean un ejemplo para el fútbol aragonés”.