Obsesión por la circulación

Desde la llegada de Luis Milla y su equipo de trabajo al Real Zaragoza, una de las grandes preocupaciones es la de conseguir que el conjunto blanquillo sea capaz de tomar el mando de los encuentros. Algo que logró ante el débil UCAM en la jornada inaugural, pero que sin embargo, no sucedió ante el CD Lugo, que desposeyó al equipo aragonés del esférico, provocando que los zaragocistas vivieran el encuentro en el Ángel Carro corriendo tras la pelota.

Esta es la filosofía del técnico turolense, algo que trata de implantar en su plantilla y que alcanza un punto cercano a la obsesión. En la última sesión de entrenamiento previa al derbi aragonés, realizada en el estadio municipal de La Romareda, se ha podido ver una vez más como los principales ejercicios se dirigen precisamente a la circulación rápida del balón. Se trata pues de sistematizar las acciones para que en el momento del partido surjan casi sin pensar.
En un espacio reducido, aproximadamente un tercio del campo, la totalidad de la plantilla del Real Zaragoza, dividida en dos equipos luchando por la posesión. Esto con la dificultad añadida de jugar tan solo a un toque, salvo la excepción de la recuperación por parte de uno u otro equipo. Un ejercicio que muestra la preocupación del cuerpo técnico por la posesión y por la presión que facilite al equipo blanquillo mandar en los encuentros. Algo que será vital ante una SD Huesca que gusta también de llevar el mando en los partidos.