Un equipo de doble cara

El Real Zaragoza se está mostrando como un equipo de doble cara en lo que va de competición con tres partidos muy serios traducidos en tres victorias como local y cuatro partidos con muchas dudas que dejan solo dos puntos como visitante. La solvencia mostrada en La Romareda ante UCAM, Huesca y Alcorcón contrasta con las dudas generadas tras caer estrepitosamente en el campo del Levante, perder de forma justa en Soria, no ir a por el partido en el empate de Tarragona y perder una renta de dos goles a falta de 25 minutos en Lugo.

 
Los de Luis Milla son un gran equipo cuando les toca jugar en casa. El equipo aragonés se muestra sólido en defensa y goza de ocasiones de gol. Sin embargo, lejos de su feudo parece un conjunto completamente diferente, que encaja goles con facilidad e incapaz de dominar los partidos. La primera salida de Lugo marcó mucho. El técnico cambió el sistema en el siguiente desplazamiento jugando con dos pivotes defensivos en el Ciudad de Valencia. Contra el Nástic también se apostó por un planteamiento de contención, que luego fue alabado por el propio Milla. Ayer, en Soria, se volvió a experimentar con un dibujo extraño con tres medio centros como Zapater, Morán y Ros, un mediapunta como es Lanzarote y dos arietes como son Ángel y Juan Muñoz.
Parece que los mensajes del técnico están teniendo un efecto demasiado directo. El técnico manda continuas señales de temor y sus jugadores se muestra temerosos. La idea futbolística parece clara en La Romareda así como la intención por mandar en los partidos. No es así fuera de casa, donde se elige demostrar contundencia sin acordarse de la jerarquía que da ser el Real Zaragoza.