Esperando a Cani de manera urgente

La ausencia de Rubén Gracia ‘Cani’ por lesión está teniendo unos efectos mucho más negativos de los que se esperaba. Desde que el centrocampista zaragozano no puede competir, el equipo parece desnortado y sin un patrón de juego que seguir durante los partidos. Sin duda, el futbolista de Torrero es el faro que guía al Real Zaragoza y todo el zaragocismo desea su vuelta. Cani se dejó ver la semana pasada por el césped de la Ciudad Deportiva y, aunque algunos especularon con su regreso ante el Elche, parece que es un poco precipitado y que todavía habrá que esperar unos días más para verle en acción.

 
Rubén Gracia ‘Cani’ se lesionó en el primer partido en el que el equipo empezó a mostrar síntomas de congestión en el juego. El Levante dio un soberano repaso y el Zaragoza estuvo completamente aturdido, sin ideas. A partir de ahí, y exceptuando el partido ante el Alcorcón en casa, los de Milla no han sido capaces de manejar los encuentros. Fuera de casa se contabilizan los partidos por fiascos y en casa se mantuvo la dignidad con el empate ante el Almería.
Pero al margen de los resultados, la baja de Cani ha supuesto un carrusel de decisiones tácticas sin resultado positivo. Recolocar a Lanzarote, poner a Barrera, retrasar a Ángel… Numerosos movimientos, que se pueden interpretar como bandazos para sustituir a un jugador ‘especie protegida’ en Segunda división.
Los servicios médicos y el readaptador van a intentar acelerar el regreso del ‘Mago’ de Torrero. Pero no es una tarea fácil. La zona de la rotura del fibras –el rector anterior- es muy castigada en los movimientos propios del fútbol y hay riesgo de recaída. Además, el jugador ya tuvo algún problema en Villarreal y en Coruña, por lo que adelantar los plazos podría ser un error grave.