Mallorca, la isla maldita

El Real Zaragoza visita el próximo sábado la isla de Mallorca, una ubicación en la que últimamente no ha conseguido buenos resultados. Fue allí donde el equipo blanquillo descendió a Segunda División en 2008. Desde entonces, el conjunto aragonés apenas ha logrado una victoria y ha vivido partidos locos y con una buena dosis de polémica.

Mallorca es territorio propicio para el recuerdo, concretamente para el mal recuerdo. El estadio de Son Moix fue el escenario del descenso del Real Zaragoza a la división de plata en la temporada 2007-08. En la retina de los zaragocistas quedan todavía las imágenes de la desolación y la tristeza de jugadores y aficionados en el que fue el segundo descenso en apenas cinco temporadas en la máxima categoría.
Aunque tradicionalmente los resultados entre RCD Mallorca y Real Zaragoza son muy igualados, las visitas del equipo aragonés a las islas puede considerarse como un auténtico tormento. Un hecho agravado precisamente tras aquel dramático descenso. Desde entonces, el equipo blanquillo ha visitado al equipo bermellón en siete ocasiones. Las cuatro primeras fueron en Primera División con un balance de tres derrotas y un empate. Habría que remontarse hasta la temporada 2004-05 para encontrar la última victoria de los blanquillos en Mallorca en Primera División, fue entonces por 0-2 con goles de Savio y Villa.
Ya en Segunda, los aragoneses han visitado Son Moix en tres ocasiones, esta vez, con un balance de una victoria, un empate y una derrota. Los dos primeros, que se cerraron con victoria y derrota respectivamente, fueron partidos locos y de muchos goles. En la 2013-14, el Real Zaragoza se llevaba los tres puntos con un 2-4 en el que anotaban Acevedo, Heríquez y Barkero. En la 2014-15 era el RCD Mallorca el que lograba la victoria por 3-2 y con polémica. Tras aquel encuentro, Ranko Popovic, entonces entrenador de los zaragozanos, fue sancionado con 4 partidos por agredir al delegado del equipo rival, según el acta del encuentro. El último precedente fue un empate sin goles en un encuentro dominado por los aragoneses, que sin embargo, fueron incapaces de perforar la meta de Wellenreuther.
Con estos precedentes, el del sábado se antoja como la ocasión perfecta para que el Real Zaragoza comience a borrar del imaginario colectivo una maldición en Mallorca que se prolonga ya demasiado en el tiempo.