La niebla, metáfora del Real Zaragoza

Cuatro son los meteoros que tienden a condicionar la vida de todos aquellos habitantes de la ciudad de Zaragoza. El sol, el viento, la lluvia y la niebla. Durante la presente semana, es esta última, la niebla, la que se ha hecho presente en la ciudad del Ebro y sirve como metáfora de un equipo que no acaba de ver claro hacia donde va.

Un fenómeno que además se acrecenta en determinados lugares, como pueden ser las instalaciones de la carretera de Valencia, una Ciudad Deportiva del Real Zaragoza en la que el equipo aragonés ha llevado a cabo una nueva sesión de entrenamiento de cara a preparar el partido frente al Real Oviedo en la que debe ser la redención del conjunto blanquillo tras el grave tropiezo en tierras gaditanas.
Los jugadores han vuelto a sonreír durante el ejercicio de calentamiento preparado por Masferrer, pero las caras reinantes siguen siendo las de preocupación por una situación un tanto inesperada. El equipo no acaba de reaccionar y mientras la mayor parte de la plantilla se ejercitaba a las órdenes del preparador físico, Zapater y Agné charlaban en busca de encontrar alguna solución.
La del viernes ha sido la penúltima de las sesiones que llevará a cabo el Real Zaragoza antes de enfrentar al Oviedo, un histórico venido a menos pero que se encuentra mejor clasificado que los aragoneses. Solo la victoria en el estadio municipal de La Romareda permitirá que se disipen las dudas que se ciernen sobre los blanquillos y de paso, también la niebla.