2016, un buen año en La Romareda

El del pasado domingo ante el Real Oviedo fue el último encuentro que acoge el coliseo zaragozano en el año 2016. Un año marcado por la irregularidad de un equipo por el que han pasado tres técnicos que no han sido capaces, por el momento, de enderezar el rumbo de un Real Zaragoza que eso sí, ha sido notablemente mejor en casa que fuera.

Recién nacía 2016, apenas tres días después de las campanadas, cuando La Romareda acogía el primer encuentro del año. Un partido que sirvió además para el debut de Lluís Carreras en el banquillo del Real Zaragoza, y por si fuera poco, derbi aragonés. Aquel encuentro tuvo todo lo que requiere un partido de rivalidad y finalizó con empate a tres goles tras el empate sobre la bocina de Carlos David.
En total han sido 21 encuentros los que se han disputado en el estadio municipal durante este año 2016. Por La Romareda han pasado desde clásicos de la Primera División, caso de equipos como el Real Oviedo, el Real Valladolid o el Cádiz, a otros que han debutado en un campo con solera como el de la capital del Ebro, por ejemplo, UCAM o Reus.
El balance es ciertamente positivo para el Real Zaragoza. Es habitual que los equipos mejoren su rendimiento en casa que fuera, aunque en el caso de los blanquillos, es algo que en la presente temporada se ha agravado hasta el extremo. En total, el equipo aragonés ha ganado en 2016 catorce de sus veintiún encuentros como local, un 66,6%. Además, se han empatado 3 (14,285%) y se han perdido 4 (19,047%). Números que se reflejan también en el balance de goles anotados y encajados. Se han anotado un total de 30 goles (1,4 por partido) y se han encajado 25 (1,2).
Para el recuerdo quedarán los tres encuentros más cómodos vividos por el equipo aragonés durante este año, ante Lugo y Alcorcón la pasada campaña y frente al UCAM en esta, todos ellos ganados por 3-1. En el lado contrario, la más dolorosa derrota fue la que se sufrió ante el Girona por 0-3.
Así fue 2016 para el Real Zaragoza en La Romareda, un año positivo en el que no se pudo vivir el ansiado ascenso a Primera, algo que, al menos, tendrá que esperar a 2017, cuando el estadio municipal cumpla ya su 60º cumpleaños.