Juliá cumple un primer aniversario de sombras

Hace un año que Narcís Juliá tomaba los mandos de la dirección deportiva del Real Zaragoza. La precipitada salida de Ángel Martín González propiciaba la llegada del catalán al club blanquillo. En sus primeras semanas, se movió en un mercado invernal que no dio resultado y terminó con el desastre de Palamós. En el primer tramo de esta nueva temporada, también se han generado muchas dudas.

Juliá afronta este invierno su tercer mercado de fichajes como director deportivo de la entidad aragonesa. Por el momento, el catalán no ha logrado aproximarse al objetivo del ascenso a Primera División, como sí lo hizo el equipo construido en la 2014-2015 por Martín González. Fue en la última eliminatoria del playoff en Las Palmas donde el conjunto blanquillo se quedaba sin el ansiado premio.
Un mal inicio de curso en el 2015-2016 provocó la destitución de Ranko Popovic y, con él, la del propio Martín González. Narcís Juliá se hacía cargo de la dirección deportiva con el mercado invernal muy próximo y la obligación de dar un giro al equipo para buscar la zona alta de la clasificación. La primera cuestión que debía resolver era la elección del entrenador.
Juliá se decantó por un perfil de técnico con poca experiencia pero de su total confianza. Lluis Carreras llegaba al banquillo aragonés con un reto mayúsculo ante él. Un Lluis Carreras al que el mercado invernal le trajo la llegada de hasta seis refuerzos que aterrizaron en la capital del Ebro. Dongou, Javi Ros, Lanzarote, Campins, Guitián y Culio se convertían en jugadores del Real Zaragoza.
Pero nada fue suficiente para evitar una de las manchas más groseras en la historia del club. En el último partido liguero, los blanquillos caían derrotados por 6-2 en Palamós frente a un Llagostera ya descendido y se quedaba sin saborear la promoción de ascenso. Un palo difícil de asumir que obligaba al conjunto aragonés a reinventarse para la nueva campaña.
Otro mercado de fichajes y otra confección de plantilla competitiva para buscar el ascenso. El proyecto tenía a Milla como cabeza visible para asumir esa responsabilidad. Pero en sólo unos meses todo volvía a tambalearse y el club prescindía de los servicios del técnico turolense para dar la bienvenida a Raúl Agné. El aragonés, unido a este mercado de invierno, puede ser la última bala de un Narcís Juliá que ya ha gastado demasiadas en su primer aniversario como director deportivo del Real Zaragoza.