Así fue 2016 (III): El renacer de la ilusión

En esta tercera entrega entramos de lleno en la nueva temporada, desde su inicio con la pretemporada y Luis Milla a los mandos hasta las primeras jornadas de LaLiga 1|2|3, en la que la afición zaragocista volvió a vivir la ilusión por su equipo gracias a los resultados y a la presencia de varios jugadores con ADN aragonés.

Julio – El 7 de julio, San Fermín, La Romareda volvía a vestirse de gala para otro golpe de efecto, además de Zapater, también Cani volvería a vestir la elástica blanquilla. Apenas quedaban unos días para el comienzo de la pretemporada y tan solo un mes después de finalizar la temporada anterior, la nueva ya tenía ingredientes que alimentaban la ilusión de la afición aragonesa. En un goteo constante llegaban los refuerzos a una plantilla muy renovada. Una jornada de puertas abiertas permitió ver por primera vez a alguno de los nuevos jugadores: Casado, Fran, Xumetra o Álex Barrera. A los que se sumarían otros como Popa, Marcelo Silva o Irureta que acudirían directamente a la tradicional concentración del equipo en Boltaña, donde también tendría lugar el primer amistoso de la era de Luis Milla al frente del equipo blanquillo.
Agosto – El de agosto es el mes de los amistosos y en esta ocasión también de un temprano comienzo de temporada. El equipo siguió ajustando los engranajes y quedó la sensación de ser un nuevo Real Zaragoza, con una clara voluntad por dominar los encuentros, seguro en defensa y con serias dificultades para materializar sus ocasiones de gol. Sensaciones que comenzarían a disiparse en el Memorial Carlos Lapetra, en el que el Eibar empezó a desnudar las carencias que todavía siguen por encontrar solución. Pese a todo, comenzó LaLiga 1|2|3 y lo hizo con una clara victoria ante el UCAM, un 3-1 que dejó al equipo líder después de mucho tiempo y volvió a elevar la ilusión de una afición ávida de alegrías. El primer mes de la nueva campaña se cerró con nuevas incorporaciones, como la de Juan Muñoz y Bagnack, y con un empate a 3 en Lugo, en un partido extraño en el que se dejó escapar una renta de dos goles.
Septiembre – Un éxtasis casi olvidado llegó a La Romareda en el inicio del mes de septiembre en el que un gol de Casado en las postrimerías del encuentro le regaló la victoria al Real Zaragoza ante la SD Huesca. El equipo de Milla seguía sumando puntos y se mantenía en puestos de privilegio, pero no tardaría en caer en desgracia. La Copa del Rey sobrevoló el coliseo zaragozano sin apenas posarse sobre el césped, un partido de suplentes entre los aragoneses y el Real Valladolid cerró una nueva participación gris de los blanquillos en la competición copera.
A la desilusión de la Copa se le unió la más cruda de las realidades. La visita al Ciudad de Valencia desnudó a un equipo en plena construcción ante el Levante, un recién descendido con la vitola del más firme candidato a un billete de vuelta a primera. Un 4-2 que más que por el resultado, se convirtió en calvario tras saberse la baja de Cani por periodo de un mes. Pese a lo cual, el Real Zaragoza volvió a ganar, lo hizo ante el Alcorcón, en la que sería la última victoria con Milla al frente del equipo.
Las dudas volvían a planear sobre el equipo, incapaz de ganar en sus dos siguientes encuentros del mes. Se empataba ante en Nàstic y se caía ante el Numancia. Los cuchillos empezaban a afilarse y el objetivo no era otro que la cabeza de Luis Milla.