Clasificación comprimida, entre el miedo y la esperanza

Después de la disputa de veintiséis jornadas de LaLiga 1|2|3, la clasificación todavía se mantiene tremendamente igualada tanto por arriba como por abajo. Apenas los dos primeros han conseguido escaparse del resto, lo que permite al resto de los equipos de la competición seguir soñando con alcanzar sus metas.

Una tabla clasificatoria tan ajustada como la que existe actualmente en la segunda división española es un arma de doble filo como bien sabe el Real Zaragoza. Los aragoneses no quieren renunciar a seguir mirando hacia arriba, donde se encontraría la promoción, objetivo principal del club, pero sin embargo, la realidad obliga a mirar hacia abajo, donde el descenso se acerca peligrosamente tras cada mal resultado.
Consecuencia esta de una liga en la que apenas dos equipos destacan del resto. Especialmente acusado es el caso del Levante, decidido a poner tierra de por medio y que acumula nueve puntos de ventaja con el Girona, que es segundo y nada menos que diecisiete con el tercero, el Cádiz. Si ya de por sí esos diecisiete puntos parecen un auténtico abismo, más lo parece si se toman otras cuestiones en consideración. Por ejemplo, la diferencia de puntos entre el Cádiz, tercero de la clasificación y el Almería, farolillo rojo, es de tan solo dieciséis puntos, es decir, menos que entre el primero y el tercero.
Una situación que permite que la práctica totalidad de los equipos de LaLiga 1|2|3 puedan soñar no solo con alcanzar una tranquila permanencia todavía, sino que en muchos casos la aspiración por alcanzar la zona de privilegio se mantiene viva aunque la distancia pueda ser amplia. La falta de grandes diferencias y las jornadas por disputar permiten que esta liga todavía esté muy viva.