Láinez, el hombre flexible

La llegada de César Láinez al banquillo del Real Zaragoza ha supuesto una serie de cambios que han mejorado notablemente la imagen que el equipo blanquillo estaba mostrando durante las últimas semanas. La vuelta al gusto por la posesión y la defensa a través del balón son alguna de sus características principales.

Pero no solo eso. Láinez, en apenas dos encuentros, ya ha dejado entrever también alguna de las características que le marcaron como entrenador del Deportivo Aragón. Una de ellas, el gusto por cambiar a los jugadores de posición, tratando de explotar de la mejor manera posible las características de cada uno.
Un buen ejemplo fueron los cambios realizados frente al Real Valladolid. Es cierto que los tres jugadores que entraron conocían bien la posición en la que fueron situados, pero parecían haberlas abandonado en tiempo reciente. Sucedió con Cani, al que el físico obliga a acortar su recorrido, pero que ante el conjunto pucelano volvió a partir desde la banda derecha. También Edu García, que tuvo el papel de suplir a Dongou en lugar de recorrer la banda como había sido habitual en las últimas fechas. Incluso Samaras, acostumbrado a partir desde banda izquierda, acompañó a Edu como segundo punta y trabajó incluso buscando en contacto con el esférico más cerca de portería propia que ajena.
En definitiva, Césa Láinez mostró su flexibilidad a la hora de encajar las piezas dentro del once buscando resultados que devuelvan la tranquilidad a la afición aragonesa.