El resurgir de Vinicius Araújo, ahora o nunca

Con tan solo 24 años, Vinicius Araújo ya es un trotamundos del fútbol. Hasta el momento, el delantero ha vestido cinco camisetas distintas, la sexta será la del Real Zaragoza. Salió de Brasil en 2013, del Cruzeiro, y aterrizó en Valencia por 3’5 millones. Allí comenzó su aventura en forma de cesiones. Cada año destinado a un sitio distinto, el ariete no ha logrado estabilidad en ningún club por el que ha pasado. Con el conjunto che sólo jugó siete partidos oficiales, con un gol y una asistencia en su haber.

Vinicius es un delantero centro de 1'75 metros de estatura, corpulento y hábil. Cuando empezó a destacar en Brasil, sus compañeros y gran parte de la prensa carioca lo empezaban a comparar con Romario. Es más, su potencia e intensidad en el campo vaticinaban un futbolista mejor incluso que el 'baixinho'. Sin embargo, su progresión se cortó de raíz cuando llegó a Valencia.
Es el momento de Vinicius. Llega a Zaragoza en propiedad a manos de un Lalo Arantegui que ha puesto toda su confianza en él. Viene para complementar a Borja Iglesias, perfiles distintos, pero que pueden encajar a la perfección. Araújo tiene intuición para encontrar el espacio, con buena capacidad de asociación y disparo potente. Es vertiginoso, dinámico y va bien de cabeza. Zaragoza puede ser un buen lugar para su resurgir.

Trayectoria

Debutó profesionalmente con el Cruzeiro en julio de 2013. Su cuenta goleadora fue engordando hasta ganarse la titularidad y causar sensación en Brasil. Un año más tarde, fue fichado por el Valencia el último día de mercado invernal a razón de 3'5 millones de euros por el 50% de sus derechos. Llegaba a un club donde continuar con su progresión iba a ser difícil, debido en gran parte a los problemas tanto deportivos como extradeportivos del propio Valencia CF.
En Vallecas jugó su primer encuentro con los murciélagos. Saltó al campo en el minuto 70 con un resultado de 1-0 para el Rayo, disfrutó de muchas ocasiones pero no consiguió el gol. Desde entonces fue decayendo su participación. Finalizada la temporada, inició un calvario de idas y venidas que lastró su trayectoria.
Primero, Vinicius fue enviado al Standard de Lieja, donde no jugó ningún partido completo. Sólo disputó 10 encuentros ligueros y cuatro de Europa League, competición en la que marcó su único gol con el club belga. De allí, cogió un billete a Brasil y regresó al Cruzeiro en calidad de cedido, pero no encontró tampoco regularidad. En marzo de 2016 se marchó al Sport Club do Recife hasta el invierno siguiente y anotó cinco dianas.
Volvió a Valencia y tuvo la oportunidad de jugar la vuelta de octavos de Copa del Rey en Balaídos. Jugó los 90 minutos, marcó el único gol de su equipo y su primer y último tanto con el equipo valenciano. Diferentes clubes de Segunda División se interesaron por hacerse con sus servicios para el resto de temporada. Finalmente, acabó en la SD Huesca, gracias en parte al mismo Lalo. En la capital altoaragonesa, Vinicius marcó cuatro goles, uno de ellos en la promoción de ascenso.