Borja Iglesias, un frío ejecutor

El Real Zaragoza volvió a sumar y lo hizo gracias a Borja Iglesias, una vez más. El delantero gallego anotó el único tanto del equipo aragonés en el encuentro frente a Osasuna y que sirvió para lograr un empate ante uno de los equipos llamados a estar en la parte alta de la clasificación a final de temporada.

Un gol que llegó tras penalti cometido sobre Oliver Buff y en el que Borja volvió a asumir la responsabilidad. No era una situación sencilla, pues enfrente se encontraba Sergio Herrera, portero del equipo navarro que había copado titulares una semana antes tras detener tres penas máximas ante el Cádiz (una de ellas tras repetirse el lanzamiento). En esta ocasión el triunfo fue para el delantero, que no dudó y consiguió anotar el gol que abría el marcador.
Lo cierto es que Borja Iglesias se está mostrando todo un seguro de vida desde los once metros en este inicio de temporada. De los goles que suma el gallego, cuatro ha sido desde el punto de penalti -tres en liga y uno en copa-. Una situación que no es nueva para Borja, que ya la pasada campaña hizo alarde de su capacidad para anotar desde el punto fatídico. Concretamente, de los 32 tantos que anotara la temporada 2016/17 con la elástica del Celta B, hasta 9 llegaron desde el punto de penalti. Llegó incluso a anotar un doblete frente al Guijuelo en la jornada 38, en un encuentro que se cerraría con 1-3.
La de Borja es quizá una habilidad poco valorada, pero realmente útil en ciertos momentos. El 100% de efectividad del jugador blanquillo contrasta con una estadística de lanzamientos errados que va en aumento durante las últimas temporadas y que por ejemplo llevó a que en las cinco primeras jornadas de LaLiga Santander se erraran 7 de los 12 lanzamientos o caso del Atlético de Madrid, que la pasada temporada sólo fue capaz de anotar 2 de los 8 penaltis a favor con los que contó.