El descenso se acerca peligrosamente

La derrota del pasado viernes en Almería ha tenido ya varias consecuencias para el Real Zaragoza. Por una parte están los intangibles, las desastrosas sensaciones que dejó el equipo aragonés, que se vio vapuleado por un equipo que acumulaba ocho encuentros sin victoria; por otro, el puramente numérico, reflejado en la clasificación.

Una tabla que como es habitual en Segunda división durante las últimas temporadas se encuentra comprimida al máximo, con una diferencia escasa de puntuación entre todos los equipos. Tanto es así que la diferencia entre el líder Huesca (26 puntos) y el último equipo fuera de descenso, el Nàstic (15), es de once puntos, uno menos de los que hay en primera entre el líder, el FC Barcelona (34) y el quinto, el Sevilla (22).
Con estos credenciales y tras la última derrota, el Real Zaragoza cae un puesto y se mantiene en la zona media de la clasificación, es 13º con 18 puntos. La mala noticia es la cercanía de los puestos de descenso, que se quedan a tan sólo un partido, tres puntos de margen frente al Almería. En el lado bueno, la esperanza de mirar hacia arriba, que sigue a tiro de dos partidos, aunque aumenta de cinco a seis puntos, sigue siendo una posibilidad real pese a la irregularidad de los aragoneses, sensación habitual para buena parte de los equipos de la categoría.