Ángel, ¿o demonio?

La afición tinerfeña, dividida en su recibimiento al delantero del Real Zaragoza.

Si hay algo realmente complicado en este país, es ser profeta en tu tierra; más incluso por esta nuestra tierra noble. Tampoco lo tienen sencillo en otros lugares, incluso en tierras insulares como es Tenerife. Allí, donde el Real Zaragoza disputará mañana su partido frente al CD Tenerife, la afición se debate entre el amor y el odio al jugador.
Formado en las categorías inferiores del CD Tenerife, Ángel emigró tempranamente para incorporarse a la cantera del Real Madrid primero y del CA Osasuna después, antes de volver para lucir la camiseta del CD Tenerife, esta vez, en el primer equipo. Fueron dos temporadas discretas, una en Segunda y otra en Primera, en las que el delantero no acabó de sentirse a gusto y a penas pudo sumar goles para su equipo.
La historia se repetía y Ángel volvía a marchar, en esta ocasión al Elche y a Segunda División, donde ahora sí, viviría su explosión definitiva. Dieciséis goles en su primera temporada y trece en la segunda, confirmaban al tinerfeño como un delantero de buen nivel. Su paso por Elche le valió como credencial para asentarse en Primera División, en tres temporadas un tanto irregulares en Levante y Eibar. Y así, llegó a Zaragoza.
Lo que más le reprochan los medios locales a Ángel es la celebración del segundo tanto en el partido de ida frente al CD Tenerife. Un penalti con que se cerraba la sequía goleadora de un delantero, que por entonces, sumaba seis partidos sin anotar. Esa y no otra, es la explicación de la explosión de alegría de Ángel por aquel gol.
Habrá que ver pues, como reacciona la grada en la vuelta del delantero zaragocista al Heliodoro Rodríguez López. Si se deja llevar por el rencor ante un jugador formado en la casa pero que nunca llegó a brillar o si como ha sucedido en el entrenamiento del día de hoy, recibe el cariño de una afición que le siente como uno más de los suyos.