Girona y el renacer del zaragocismo

El partido del playoff de la temporada pasada en el campo del Girona FC supuso un nuevo impulso a la afición zaragocista.

Era entonces mediados de junio y el Real Zaragoza se presentaba en playoff con pocas esperanzas de alcanzar el ascenso después de una temporada irregular que se había llevado por delante a Víctor Muñoz y que con Ranko Popovic tampoco había mostrado la fortaleza necesaria como para competir frente a los grandes equipos de la categoría. La ilusión había quedado reducida a la voluntad de los más optimistas tras el empate en el último partido frente al Leganés y el favor de una Ponferradina incapaz, que de rebote, facilitaba las cosas a los blanquillos.
Todo se complicó tras la ida en La Romareda en la que el Girona, sin ser mejor que los de Popovic, se llevó una renta de 0-3 que hacía presagiar un paseo en tierras catalanas para alcanzar la siguiente ronda. Y ahí, llegó el milagro. Los goles empezaron a caer y la gente se volvió a sumar al carro de la esperanza. Anotaba Willian los dos primeros y dos defensas, Cabrera y José Fernández, los otros dos para un 0-4 que hacía frotarse los ojos al más optimista y que ni siquiera el gol de Aday lograba remontar.
La ilusión volvía a la grada de La Romareda y con ella la esperanza y las sonrisa. Era mucho tiempo de sinsabores y la opción del ascenso permitía volver a creer en un Real Zaragoza grande. Se llenó La Romareda para la última ronda del playoff y aquel partido frente a Las Palmas que tenía el sabor de las grandes ocasiones. La obra se quedo a medio terminar y el ascenso se quedó en las islas apenas a diez minutos para el final.
El Real Zaragoza no logró el ascenso, pero la remontada en Girona supuso algo casi tan importante como el éxito deportivo. Fue la reconciliación del equipo con su afición y sirvió para que La Romareda volviera a vivir una noche que no se recordaba desde hacía años. Una ilusión que ahora vuelve a surgir gracias a la buena racha del equipo y ante la que se encuentra nuevamente el Girona FC. Una ocasión ideal para que el espíritu de la remontada vuelva a servir para llevar en volandas al equipo hacia la victoria.