Química en defensa

Otra de las gratas sorpresas que dejó para el Real Zaragoza el partido ante el Leganés fue la buena actuación en defensa. Y es que Alberto Guitián -recién llegado en invierno- y Leandro Cabrera jugaron juntos por primera vez el pasado sábado. Y el resultado fue muy positivo. A eso, hay que sumarle que el uruguayo, por sanción en Almería, tampoco había jugado con el lateral derecho Joan Campins. Y el resultado también fue bueno. El último de los cuatro, por la izquierda, tampoco tuvo problemas con el resto de la defensa. Y es que Diego Rico, que había jugado con el lateral derecho catalán pero no con Guitián, tampoco desentonó en el cuarteto.

Una tarea que no era nada fácil por varios motivos. El primero, y más claro, por la precipitada llegada de Alberto Guitián. El cántabro fue el último jugador en aterrizar en el cierre del mercado de invierno, el pasado lunes 1 de febrero, y antes de jugar contra los pepineros solamente entrenó tres días con sus nuevos compañeros (miércoles, jueves y viernes). Pese a las prisas, el defensa estuvo muy correcto, tanto en la anticipación como en la salida del balón. 
Sumado a ese primer factor, el segundo era la ausencia del uruguayo Cabrera en Almería, que estuvo sancionado. No solo no había jugado con Guitián, sino que tampoco había coincidido con Joan Campins en un partido oficial, pese que el del Leganés era el segundo del catalán. Sin embargo, el entendimiento entre los dos fue como la seda y apenas hubo errores en la combinación entre el centro y el lado izquierdo de la defensa. 

Guitián es un buen jugador y sin duda el fin de semana lo hizo muy bien, tuvo mucha tranquilidad y en ningún momento perdió el balón. Me siento bien jugando con todos mis compañeros y tener tanta competencia hace que nos esforcemos un poco más.

El propio Cabrera ha reconocido las virtudes de sus dos nuevos compañeros. Sobre Guitián, ha asegurado que "es un buen jugador y sin duda el fin de semana lo hizo muy bien y tuvo mucha tranquilidasd", algo que contrasta con la intensidad del sudamericano. Del mismo modo, ha añadido que ante el Leganés, su compañero cántabro "en ningún momento perdió la tranquilidad". El zaguero, no obstante, ha añadido que "me siento bien jugando con todos mis compañeros". La amplia presencia de jugadores en estas posición es positiva para Cabrera: "Tener tanta competencia hace que nos esforcemos un poco más".
Y lo mismo, por la parte que le toca, para Joan Campins: "No pareció que era el primer partido que jugábamos juntos". En definitiva buena química entre los veteranos y los recién llegados. Experiencia y frescura a la hora de defender. Ahora bien: ¿qué pasa a la hora de aplicar la filosofía de Lluis Carreras?

Más toque... pero sin perder la cabeza

Porque el sábado, ante el Leganés, se vio a un Real Zaragoza que apostó más por el balón. Combinaciones más cortas, más precisas y, lo más importante, posesiones más largas y con más criterio. Y es que Lluis Carreras ya lo anunció desde el día que llegó: su idea futbolística pasa por hacer daño al rival con el balón en los pies. Y ahora, por fin, parece que está empezando a conseguirlo. 
El sábado, ante el Leganés, el Real Zaragoza apostó más por el balón con posesiones largas de toque
En esa transición desde atrás, entran en juego los defensas. Los nuevos y los viejos. El que más minutos ha jugado -Cabrera- tiene claro lo que deben hacer: jugar el balón pero sin poner en riesgo su propia portería: "El míster tampoco nos pide que nos suicidemos. Si se juega, se juega, pero suicidios los justos". El propio defensa reconoce que ese estilo y esa filosofía de juego "nos viene bien" porque "hace crecer al equipo y favorece a la gente de arriba" ya que "hacerles llegar a ellos el balón es lo más importante".
Si la casa se empieza por los cimientos, el sustento de este Real Zaragoza es la defensa. Con la baja de Vallejo, saltaron todas las alarmas posibles. Es una ausencia importante, naturalmente, pero la apuesta express por Alberto Guitián junto a Leandro Cabrera parece haber salido cara. O al menos ante el Leganés. La confirmación de esa buena química tendrá que demostrarse el próximo domingo a las 12.00 horas en el campo del Córdoba.